Hace veintidós años que a nivel de Lima se realiza la marcha del orgullo, a nivel de Loreto o de Iquitos se realiza desde hace unos cuantos años y cada vez se consolidan y cuentan con el respaldo de entidades y de personas ajenas a su comunidad que los respaldan públicamente.
A nivel mundial empezaron con la marcha hace más de cincuenta años y se fue expandiendo por diferentes lugares del mundo, básicamente exigiendo respeto y estar libres de discriminación, en una sociedad que legalmente acepta las diferencias, pero muchas veces en la realidad se percibe un rechazo.
De hecho, hay posturas radicales que sólo reconocen los géneros masculino y femenino, como lo muestra la biología desde el nacimiento, salvo la condición biológica de los hermafroditas que tienen los órganos reproductivos de ambos géneros. Esto puede llevar a una situación de indefinición bastante complicada. Y no es de nuestra competencia profundizar en ello. Está como, dicho sea de paso.
Lo que vimos ayer, es una nueva Marcha del Orgullo LGTBIQ+ en el Perú y en Iquitos en particular, también le llaman la Regia Marcha del Orgullo de la comunidad lesbiana, gay, bisexual, transgénero y queer, con sus diversas opciones sexuales, que sienten la necesidad de decir que aquí están libres y sin ataduras.
Así junio es reconocido como el mes del Orgullo, donde a través de diversas actividades la comunidad LGTBIQ+, conmemoran la ardua historia de grupos minoritarios que han luchado durante décadas para visibilizarse en contra de la discriminación, el rechazo y lamentables actos de violencia, recordando el levantamiento de 1969 en Nueva York cuando la policía allanó un bar gay, surgen las luchas por los derechos de los homosexuales.
Estamos en un mundo donde la orientación sexual diversa se visibiliza a lo largo de la historia, pero fue en gran medida rechazada y lo que han logrado a través de los años es la libertad de ser como son, aceptados, y de integrarse a la sociedad sin discriminación. Y una forma de cultivar su estima es autodenominándose: regiamente.
El tema es que en este mundo hay espacio para todos los seres, donde las leyes se dictan igual para todos y el respeto mutuo, es lo más básico para una convivencia pacífica, donde el orgullo de cada persona sea el sentirse de lo mejor consigo mismo.