Un aniversario más de nuestra ciudad y aparte del ceremonial, lo militar y los espectáculos viene a nuestra mente aquel caserío de la etnia de los Iquito, que la tenemos prácticamente olvidada sin proyectarnos a recuperar su memoria con dignidad y enaltecerla para el fortalecimiento de nuestra identidad iquiteña.
Han pasado 159 años de fundación tomando como referencia el arribo de las Unidades Fluviales a la Amazonía y la Instalación de la Factoría Naval en la ciudad de Iquitos, pero si tomamos como referencia los documentos que afirman que la fundación de la ciudad se inició como una reducción española establecida por los jesuitas a orillas del río Nanay alrededor del año 1757 con el nombre de «San Pablo de Nuevo Napeanos», pueblo habitado por indígenas napeanos (yameos) e iquito, de hecho estaríamos hablando de más años.
Es por ello que historiadores consideran que la fecha de fundación de la ciudad es incierta. Así otro escrito señala que, en 1808, Hipólito Sánchez Rangel, el obispo de Maynas, reportó que el “caserío de Iquitos” tenía 171 habitantes y para el 8 de junio de 1842, fecha en la que Iquitos fue elevada a distrito, contaba con algo más de 200 habitantes.
Y más adelante, otro dato histórico nos señala que el 5 de agosto de 1921, Iquitos se convirtió en la capital del nuevo estado federal luego que Guillermo Cervantes iniciará un gran movimiento revolucionario. La población loretana consideró al centralismo costero como el causante de su olvido, y eso originó un «ardor regional ahora latente».
La revolución de Cervantes se volvió tan famosa por su aspecto in crescendo hacia tintes radicales. Su Comité Revolucionario destituyó al prefecto, Luis F. Escudero, y emitió un tipo de “cheques billete”, considerado como la moneda llamada “cervantina”.
Eran los descendientes de los iquito y otros vivientes que iban dando lugar a un mestizaje, siendo estos hombres y mujeres que afloraban sentimientos de enojo por el centralismo, por lo que con ese espíritu guerrero indígena se proyectaban a lograr mejores condiciones de desarrollo y por consiguiente de calidad de vida para los pobladores de esa época.
Estas gestas quedaron en intentos, pero, se puede decir que actualmente, gracias a esta lucha por apuntar a un desarrollo desde nuestra realidad amazónica, es que lo indígena como aporte de nuestros antepasados y los que descienden directamente, estamos unidos en la idea de revalorar la sabiduría de nuestros ancestros, junto a otros aportes culturales venidos de diferentes lugares del país y del mundo, llevando a Iquitos hacia la formación de una ciudad cosmopolita.