- La Ciudadela Perdida del Cachiyacu: Un hallazgo que podría reescribir la historia de la Amazonía peruana


Roy Saldaña, alcalde de la Municipalidad Provincial de Alto Amazonas, reafirma su compromiso con la defensa del patrimonio cultural y natural, destaca que se descubrió un tesoro milenario en el corazón de Alto Amazonas.
Un descubrimiento sin precedentes sacude los cimientos de la historia amazónica. La ciudadela perdida del Cachiyacu, enclavada en lo profundo del distrito de Balsapuerto, provincia de Alto Amazonas, ha comenzado a revelar los vestigios de una civilización milenaria, cuyas estructuras de piedra, petroglifos y sistemas hidráulicos desafían todo lo conocido hasta ahora en la arqueología de la selva peruana.
La revelación fue hecha pública el pasado 12 de julio, durante una concurrida conferencia magistral en el auditorio de la Universidad Nacional Autónoma de Alto Amazonas, donde el reconocido investigador y ex juez superior, Dr. Aristóteles Álvarez López, presentó los resultados preliminares de su investigación: evidencias de una ciudadela construida con técnicas avanzadas de ingeniería y arquitectura, similares a las observadas en Sacsayhuamán y Ollantaytambo, pero localizadas en el corazón verde de Loreto.
Un investigador que conecta pasado y presente
No es la primera vez que el Dr. Álvarez sorprende con aportes a la historia regional. Su obra “En busca de la memoria perdida y la Fundación de Yurimaguas”, cuya segunda edición fue lanzada hace 10 años, ha sido fundamental para reconstruir el legado jesuítico y la compleja interacción entre etnias originarias y misioneros europeos en la Amazonía.
En su más reciente exposición, el Dr. Álvarez reveló la existencia de estructuras pétreas monumentales ocultas en la selva, algunas de ellas con claras señales de manipulación humana, como cataratas escalonadas y petroglifos. Estas formaciones podrían pertenecer a una civilización anterior incluso a la presencia documentada de los Chayahuitas, Xeberos y Cahuapanas, etnias que habitaron la zona desde el siglo XVII, cuando se fundó la reducción jesuita de Nuestra Señora de Loreto del Paranapura.
“Hay indicios de ocupación humana en esta zona desde al menos 800 años antes de nuestra era. Las evidencias arqueológicas – cerámicas, hachas de piedra, tejidos y petroglifos- nos hablan de una cultura desarrollada que aún no ha sido plenamente identificada”, explicó el Dr. Álvarez ante autoridades, académicos, estudiantes y representantes de comunidades nativas.
Una ciudadela que emergió del olvido
La ciudadela del Cachiyacu no figura en los registros oficiales del patrimonio arqueológico peruano, y su aparición plantea nuevas preguntas sobre la profundidad histórica de la Amazonía. Su localización – en una cuenca de difícil acceso- ha contribuido a su preservación, pero también a su prolongado anonimato.
Lo que se ha descubierto hasta ahora apunta a un complejo arquitectónico de proporciones significativas: plataformas, muros tallados, canales hidráulicos y una serie de cataratas artificiales que, según los especialistas, podrían ser únicas en el mundo. En palabras del Dr. Álvarez, “esta obra de ingeniería amazónica no solo es un testimonio de saberes ancestrales, sino también una invitación a mirar la selva no solo como un espacio natural, sino como cuna de civilizaciones sofisticadas”.
El respaldo institucional y la esperanza de un nuevo futuro
El alcalde provincial de Alto Amazonas, Roy Saldaña Reyes, presente en el evento, expresó su entusiasmo y compromiso con la puesta en valor de este hallazgo. “Este patrimonio no solo es historia, también es futuro. Es una oportunidad para el desarrollo cultural, educativo y turístico de nuestras comunidades nativas, especialmente la nación Shawi, que hoy habita orgullosamente estos territorios sagrados”, señaló.
El burgomaestre destacó también el papel del Dr. Álvarez como “puente entre el pasado y el presente”, y reafirmó que desde la municipalidad se respaldarán todas las iniciativas que promuevan la defensa del patrimonio cultural. “Conocer nuestras raíces es el primer paso para construir un futuro con identidad y orgullo. Este es un tesoro milenario en el corazón del Alto Amazonas”, concluyó.
Un redescubrimiento que recién comienza
La historia oficial de Loreto podría estar al borde de una reescritura. A la memoria de los misioneros jesuitas, como Raimundo Santa Cruz, Samuel Fritz y Joseph Jiménez, quienes fundaron y relataron las primeras crónicas de Yurimaguas y Maynas, se suma ahora la posibilidad de una civilización aún más antigua, cuyos secretos yacen bajo las hojas del bosque.
Gracias al esfuerzo investigativo del Dr. Álvarez y el interés institucional por recuperar y preservar la memoria colectiva, el Alto Amazonas empieza a emerger no solo como un territorio de rica biodiversidad, sino también como un epicentro de historia, ciencia y orgullo cultural.
La ciudadela perdida del Cachiyacu ya no está perdida. Está despertando.





