Por donde se mire en nuestro contexto encontramos situaciones críticas que afrontar y en lo que, por supuesto, el mayor peso de responsabilidad para revertir estas situaciones lo tienen las autoridades y en paralelo cada uno de los ciudadanos de nuestra querida región y país.
Estamos tan mal acostumbrados en el sentido de solo echar la culpa de nuestras desgracias a las autoridades de turno, cuando no toda la solución va por allá. Si bien manejan los presupuestos para priorizar inversiones, como ciudadanos nos hemos quedado solo en la crítica y nos falta mucha más acción.
Una muestra de que esperamos y nos resistimos a ser parte de la solución, por la imagen de nuestra ciudad, es que cuando no pasa el carro recolector de basura en horas de la noche, casi nadie atina a recoger su bolsa de basura y meterlo nuevamente a la casa, para volver a sacarlo al día siguiente, y evitar que los desperdicios sean regados por los perros y personas recicladoras que rompen la envolturas. Resultado: una ciudad cochina.
Esa es la imagen que le queda al visitante sea nacional o extranjero, porque el problema de nuestras autoridades no tendría que perjudicar nuestra imagen de ciudad limpia, donde dé ganas de recorrer sus calles para apreciarla.
Esto no quiere decir que no tengamos que reclamar en voz alta un eficiente servicio en el recojo de los residuos sólidos. Hay una empresa responsable y debe asumirlo solucionando los incidentes en el más breve plazo. Es uno de los servicios que no puede fallar, casi nunca, pero cuando incumplen varios días, suena a irresponsabilidad e incumplimiento con el contrato y tienen que aplicar la multa que corresponda.
Aparte, los vecinos tenemos que colaborar barriendo nuestras veredas, limpiando los patios delanteros y jardines, echando agua a las plantas, limpiando las fachadas, pintando las fachadas cada cierto tiempo. O tenemos que esperar que las autoridades lo hagan también? Las autoridades tienen un rol y tenemos que exigir que cumplan, nosotros también tenemos un rol ciudadano que reactivar.