En cualquier circunstancia, hasta en el extremo de la época de la pandemia por la Covid-19, el carnaval de Iquitos no dejó de hacerse sentir por los habitantes de esta tierra loretana, que este fin de semana está con los ánimos muy en alto para celebrar con humishas y demás accesorios carnavalescos.
En esta fecha queremos recordar que el Ministerio de Cultura declaró Patrimonio Cultural de la Nación a la expresión cultural “Carnaval Amazónico de Iquitos”, de la provincia de Maynas, departamento de Loreto, en virtud de la importancia y trascendencia que tiene esta festividad como portadora del fortalecimiento de la memoria histórica de la población.
En Iquitos y Loreto en general tenemos un sinfín de costumbres y tradiciones que se pueden poner más en valor, por lo que es importante la declaratoria del Carnaval Amazónico para poder preservarlo. Es el mensaje central que nos dejó el Ministerio de Cultura y nosotros lo disfrutamos mucho, además que fortalecemos nuestra identidad, similar a las otras regiones hermanas amazónicas.
La denominación oficial se dio mediante resolución Viceministerial N ° 000126-2023-VMPCIC/MC, publicada en el Diario El Peruano y firmada por la viceministra de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales, Haydeé Victoria Rosas Chávez, donde se reconoce a esta festividad por fomentar la unión y sentido de pertenencia de la población iquiteña.
En estas fechas todos nos hermanamos más que nunca, todos somos amigos, en las pandilladas somos uno solo, y se espera que este espíritu de forma de celebración pueda trascender a otras acciones que comprometan el desarrollo de la ciudad y la región.
El argumento oficial del Estado describe que el Carnaval Amazónico de Iquitos es trascendental para los habitantes de esta zona del país. De acuerdo con información provista, las raíces de esta expresión cultural tienen un origen ancestral y prehispánico, pues este carnaval es el resultado de la fusión de fiestas tradicionales de los pueblos amazónicos originarios, con festividades cristianas traídas a estas latitudes por los misioneros religiosos europeos.
En estas fiestas carnavalescas, se ejecutaban juegos en torno a un árbol del cual colgaban regalos, siendo este árbol conocido en la actualidad como húmisha. Esta última se sigue desarrollando hasta hoy, siguiendo el modelo de entonces: se colocaba un árbol en medio de la plaza, en el cual el misionero colgaba tabaco, cuchillos, hachas y anzuelos; así como la población catequizada lo adornaba con chontas, frutas y algún animal.
Luego, danzaban alrededor del árbol con el cuerpo pintado de rojo con achiote, al son de tamborcillos y flautas. Progresivamente, cada participante, con un hacha adornada y afilada, daba cortes al árbol hasta que este caía y las gentes agarraban los objetos colgados. Luego, paseaban por el pueblo cargando el tronco, brincando, bailando y entonando temas musicales. ¡Feliz carnaval amazónico queridos lectores y lectoras!
¡Qué tal ánimo!
