-En el debate sobre el uso obligatorio del casco
Por: Frida Horna
Un inusitado debate se ha generado en los últimos días a raíz de la implementación del uso obligatorio del casco para los conductores de motocicletas, se discute la importancia de este implemento de protección contra su inadecuado uso en una zona tropical como IQUITOS.
Alguna enseñanza nos debe dejar estas diferencias de opinión, porque creo que no se puede discutir la importancia del casco como elemento defensor de la integridad física de los conductores, lo que debe estar a la orden del día es la cuestión del, qué es el famoso casco, si un elemento de protección o un elemento de prevención y sobre esto, qué es lo prioritario para nuestra ciudad.
Puesto así el debate, debemos partir por reconocer que la mayoría de accidentes de tránsito se producen por factor humano y si se pretende abordar la solución a este álgido problema hay que atacar sus causas no sus efectos. Estas causas, lo sabemos todos, están ligadas a la cuota de irresponsabilidad de conductores de trimóviles, autos y motos cuando están al frente de un vehículo, el irrespeto a los semáforos, la excesiva velocidad, los conductores en estado etílico principalmente los fines de semana, que se adueñan de las pistas, las condiciones deplorables de los vehículos, la insuficiente señalización, la ineficiencia de inexpertos(as) policías de tránsito o la actitud negociadora de otros; todo ello no hace más que visualizar que no se está trabajando en la causas, sólo se mira los efectos.
Trabajar en las causas debe ser una tarea urgente para las autoridades competentes, se trata de aplicar medidas para hacer entrar en conciencia a los conductores, aunque de por medio tenga que ir el golpe al bolsillo por el valor de las multas, se debe recuperar las veredas para sus usuarios naturales, los peatones, que eviten el transito peatonal por las pistas, se requiere una permanente señalización de pistas y sobre todo se exige de una actitud profesional y honesta de inspectores municipales y policías.
De lo contrario seguiremos pensando en cómo hacer menos traumáticas las consecuencias de los accidentes, seguiremos durmiendo tranquilos los fines de semana mientras el alcohol se apropia de las pistas, seguiremos a merced del criterio del policía de turno ante las ambigüedades de la autoridad municipal, atizaremos mas la leña cuando le hagamos creer al motociclista que con un casco puede adueñarse de la carretera porque al fin está bien protegido, cerraremos los ojos al interés oculto de las empresas comercializadoras y de las compañías de seguros, continuaremos pensando que es preferible los implementos de seguridad a las acciones preventivas y de esta forma puede llegar el día en que, para evadir a los locos del volante, se decrete el uso obligatorio en los peatones, de casco protector, chaleco reflectante y botas de acero.