Titulares

Profesión de Derecho

Esta semana se ha visto movida en el sector de los hombres y mujeres de la profesión de Derecho, habiendo tenido como día central ayer miércoles 2 de abril, cuando recibieron las felicitaciones que la fecha amerita por el Día del Abogado y la Abogada peruana.
Así los juristas loretanos y loretanas celebraron en sus diversas entidades privadas y públicas, como en las actividades programadas por el Colegio de Abogados de Loreto. El saludo también debe haber llegado de sus familiares y amigos, para quienes ejercen esta carrera que también corre sus riesgos, y como todo en la vida, también existen cuestionamientos.
Al haberse cumplido el 2 de abril el Día del Abogado, nos unimos a reconocer la invaluable labor de quienes defienden la justicia. Y es importante recordar cómo es que se instaura esta efeméride en nuestro país, contribuyendo con momentos que siempre deben evocarse por las virtudes que trae consigo.
La fecha de celebración se estableció Mediante Resolución Suprema del 14 de marzo de 1952, ratificada por la Ley Constitucional 23248 del año 1981, se instituyó el Día del Abogado. Se trató de un justo homenaje que la Nación otorgó al jurista, político y diplomático arequipeño, Francisco García-Calderón Landa, nacido precisamente un 2 de abril de 1834.
El ilustre abogado, que llegó a ser presidente del Perú un breve periodo (de marzo a noviembre de 1881), sería considerado Patrono de la Abogacía Nacional. Fue a pedido de diversos Colegios de Abogados de la República hacia el Gobierno, como estímulo al desarrollo de la cultura jurídica y expresión de solidaridad profesional, y para enaltecer la noble carrera que ejerció Francisco García-Calderón Landa.
Se recuerda que, durante la Guerra del Pacífico, una junta de notables lo nombró presidente provisorio del Perú, luego de que concluyera la dictadura de Piérola. En el corto tiempo de su gestión dictó una serie de medidas, como la instalación del Congreso y de la Corte Suprema.
Francisco García-Calderón, a decir del jurista Fernando de Trazegnies, «fue una de las mentes más brillantes de su tiempo”. El título de abogado le fue otorgado excepcionalmente a los 19 años debido a sus méritos intelectuales; pero sujeto a la condición que no podría ejercer hasta alcanzada la mayoría de edad. Cuando solo contaba con 26 años de edad, publicó el “Diccionario de la Legislación Peruana” que ha sido calificado por Jorge Basadre como “la obra cumbre de la mente nacional durante el siglo XIX”. Orgullo peruano del derecho.

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