Productos regionales

En una de esas tantas conversaciones con ciudadanos pensantes y analistas de nuestra realidad, surgió el tema de la alimentación escolar y de cómo otros gobiernos en el mundo privilegian a sus escolares con una buena alimentación para un rendimiento escolar deseado, por el presente y futuro de un país, y cómo nosotros no podemos acertar en este servicio.
Es que da mucho qué pensar cómo es qué a tantos años de alimentación escolar, seguimos tristemente “liderando” el porcentaje de mayor de anemia y desnutrición en el país. Que se supone este complemento alimentario pasa por estrictos controles de calidad.
Y así conversando también se resalta otra realidad y que quizás por ahí vaya la respuesta a nuestras interrogantes, puesto que los escolares no consumen los alimentos que les entregan, sólo un ejemplo, las galletas nutritivas las traen a casa y terminan arrojándolas al tacho. Creemos que no por falta de valor nutricional, sino, porque no resulta agradable al paladar de los infantes. Lo que queda es mejorar en ese sentido.
En este caso estamos hablando de los niños de la ciudad, en la zona rural e indígena el tema es más crucial, pero en los últimos años con la introducción de productos netamente regionales se espera que, en un futuro cercano, veamos revertirse esos porcentajes de anemia y desnutrición en nuestros niños, niñas y adolescentes, que pasa el 60% de afectados.
La verdad que esa cifra es alarmante, y se tienen que reformular los procedimientos respecto a los productos que consumirán en las escuelas nuestros menores de edad. Y esto nos hace recordar a un episodio en el aula magna de la UNAP, cuando se desarrollaba un evento del Midis siendo titular nuestra actual presidente Dina Boluarte, abordamos este tema con ella y comentó que efectivamente cada región del país tiene su propia dieta alimenticia y que pueden darse similitudes, pero no es la generalidad.
En estos días la Mandataria se ha referido a apostar por una alimentación nutritiva con productos sanos como: olluco, betarraga, papa, espinaca, quinua o el tarwi, más conocido como el chocho en algunas regiones. Cierto, pero se tienen que generar las condiciones para que más productos agrarios propios de cada región del país puedan ser adquiridos para el programa escolar alimentario. Se fortalecerá la nutrición de nuestros niños y se moverán las economías en distintos niveles de la producción.