Producción: Urgente necesidad.

Hace casi cuatro décadas que en nuestra región surgió un problema que se dio  casi sin que lo advirtiéramos dada la euforia provocada por el hallazgo de petróleo en la Amazonía peruana, lo que motivó el abandono por parte de los agricultores de entonces, de sus áreas de cultivo, para emigrar hacia las zonas petroleras, donde los salarios reemplazaban con largueza el monto que cada agricultor percibía por sus productos fueran éstos de rápida cosecha o de ciertos lapsos para su aprovechamiento.

Aquí se produce un cambio radical en la vida ciudadana de Iquitos, ya que ante la ausencia de productos de pan llevar y otros, la población comenzó a consumir productos traídos de la costa o importados, con la consiguiente agresión a la economía ciudadana.

Los campos de cultivo también sufrieron lo suyo, al convertirse debido al abandono de sus propietarios en campos yermos cubiertos de maleza y albergue de especies nocivas a cualquier cultivo.

Los que fueron agricultores y recalaron en los campos petroleros, al quedar cesantes pasada la euforia petrolífera, lejos de retornar a sus predios, se sumaron a la masa invasora de terrenos para vivienda, engrosando así la masa poblacional de Iquitos, así como los problemas de subsistencia que ya eran visibles en nuestra sociedad.

El error de entonces fue que el gobierno, lejos de articular un sistema que incentivara  a  los ex agricultores a volver  a sus tierras, habida cuenta que en todo el mundo el eslabón fundamental para que los agricultores tengan éxito, es dotarlos de un adecuada infraestructura que amplíe los servicios y la tecnología que antes no se conocían; sin embargo, nada se hizo y el problema de abastecimiento local colapsó.

En el correr del tiempo se escucharon  prédicas y ofertas provenientes del sector oficial  asegurando una revolución en el agro regional, pero todo sólo queda en declaración, sin que hasta hoy se vea o se sienta que producimos lo suficiente para nuestra subsistencia, y si fuera posible para exportar tanta materia  prima de producción natural, que se pierde por no contar con una cadena de conservación  que garanticen el almacenamiento de  nuestras cosechas hasta su transformación en productos terminados listos para la exportación.

Mucho se habló de la región productiva, bullían las notas de prensa en los medios de comunicación, señalando un progresivo éxito del citado programa, pero ahora luego de la algarabía inicial, el más ominoso silencio cubre lo que podría señalarse como algo que pudo ser y hasta ahora no es. Aquí cabe preguntar ¿será posible que en caso de una reelección que ya se ve, dicho programa dé a conocer sus frutos?.