Xenofobia aparte, que no es el ánimo que gobierna nuestra existencia. La convivencia con personas de multitudinario origen, es lo que todo loretano ha practicado desde que esta tierra ha sido poblada por una variopinta de personas venidas de remotas latitudes que vieron en Iquitos lo más apropiado para afincarse y fundar los hogares de donde provenimos.
Nunca hemos rechazado a nadie que haya venido a Iquitos o a Loreto a ofrecer su trabajo y su respeto con un buen comportamiento. La sociedad nuestra siempre ha estado abierta de brazos para dar la bienvenida a los visitantes y, más todavía, a quienes les albergamos en su seno sagrado.
Famosa es la hospitalidad loretana, elogiada por todo aquel que ha venido y ha encontrado aquí un trato gentil y amable. «Qué linda gente es la gente de Loreto» comentan los extranjeros.
Por eso, no se vaya a malinterpretar nuestra posición en relación a que profesionales loretanos han sido separados de sus puestos de trabajo en Electro Oriente para favorecer con ello a profesionales venidos de Huancayo.
En ese sentido sí que tenemos que ser claros. No se puede aceptar semejante atropello. En Loreto en general y en Iquitos en particular, contamos con profesionales de primera línea, aptos totalmente para ejercer cargos importantes en sus respectivas profesiones.
Si por razones de favoritismo a sus paisanos quien tiene poder de decisión para hacer despidos y cambios en Electro Oriente y ha propiciado estos hechos, merece nuestro repudio, porque una institución de esta naturaleza no se puede manejar como hacienda propia, como si fuera de propiedad privada. A ese funcionario le decimos que respete la tierra que le está dando abrigo y trabajo. No atropelle a sus hijos. Eso solo se da en los malagradecidos y no queremos pensar que sea uno de ellos. Rectifique su error. Y por último, en Loreto, primero somos los loretanos. Que quede claro.