A mediados de la década de los 80 empezamos a escuchar opiniones respecto a las estaciones del año y que nuestra región Loreto tenía muy marcado el invierno con la creciente de los ríos y el verano en la época de vaciante.
Sin embargo, desde que tuvimos uso de razón en el colegio celebrábamos cada 23 de setiembre, como hoy, la “primavera” con abundancia de flores que no veíamos y por lo tanto las confeccionábamos de papel, y lo que más se hacía eran hermosas rosas, que tampoco había en nuestra naturaleza.
Entonces se empezó a mirar qué tenemos como plantas ornamentales, y que no las estábamos dando la importancia que se merecían. Pero, el mayor cuestionamiento venía del hecho que en nuestra región no tenemos la época primaveral, pero sí un inmenso bosque y sus riquezas.
Lo que pasaba era que los libros escolares, en base al plan de estudio nacional era centralista, y obligaba a todas las regiones del país teniendo o no primavera, a celebrarla. Y acá elegíamos a nuestra reina de la primavera, entre otras actividades.
Hasta que una propuesta genial, luego de las investigaciones correspondientes hizo que, desde el Instituto Pedagógico de Loreto, un grupo de docentes liderado por el extinto Prof. Gabel Sotil García, con el respaldo del alumnado empezaron a celebrar desde 1989: El Festival del Bosque. Así dejar en claro que acá no tenemos primavera y que nuestra educación debe ser coherente con nuestra realidad.
El logro más grande fue que se incorporó al calendario cívico escolar regional, con reconocimiento oficial otorgado por la entonces Dirección Regional de Educación de Loreto, mediante Resolución Directoral Nº 02642-2000-CTAR-DREL-D, de fecha 22 de junio del año 2000, estableciendo que la tercera semana de setiembre de cada año se celebre la Semana del Festival del Bosque.
Entre otros objetivos, está el reforzar la autoestima de los estudiantes revalorando su propio universo existencial. Así los componentes culturales como ecológicos se hacen presentes de una y variadas formas en el marco del Festival del Bosque, valorando nuestra milenaria cultura regional y Amazónica en general. Y aprendiendo a valorarlo y cuidarlo.
Primavera y bosque
