EL desarrollo que han cobrado Internet, las redes sociales y demás recursos virtuales en América Latina es notorio y destacable; en el periodismo, las nuevas tecnologías no solo han revolucionado la entrega de información que ahora está disponible en tiempo real, sino contribuido a que cualquier persona -y no solo el periodista- goce del derecho de expresarse libremente y ejerza su ciudadanía.
El problema es que, como todo medio de comunicación, también en Internet se están repitiendo algunas prácticas negativas que el periodismo tradicional no ha superado, como por ejemplo las censuras y amedrentamientos provenientes de quienes piensan que así pueden frenar la libertad de los cibernautas a informar, denunciar y opinar sobre la realidad que los rodea.
Sin embargo, así como el periodismo responsable siempre ha enfrentado las amenazas vengan de donde vengan, resulta alentador que los nuevos informadores digitales no solo hagan valer sus derechos fundamentales, sino que en ese esfuerzo contribuyan con la defensa de asuntos gravitantes y de relevancia social.
Es el caso de la famosa bloguera cubana Yoani Sánchez, quien, con toda justicia, acaba ser honrada heroína de la libertad de prensa en el mundo, distinción que desde hace 60 años entrega el Instituto Internacional de la Prensa (IPI) para premiar a quienes valientemente han dicho No al abuso y la amenaza.
Es positivo que hoy existan más personas comprometidas con el uso responsable de las nuevas tecnologías y la defensa de derechos inalienables, aunque ello implique jugarse la vida. Así como el IPI, otros gremios deben brindarles su respaldo. La Sociedad Interamericana de Prensa, los periodistas se modernizan, pero necesitan protección, sobre todo de un sistema democrático que garantice, promueva y proteja la libertad de expresión.