Ya lo habíamos adelantado desde inicios de la semana pasada: la afición está molesta con el horario del partido. Dicho y hecho. Ayer, el estadio Max Augustín lució con poca cantidad de gente debido a la pésima hora programada por la televisión por cable (ojo, siempre nos agarran de lornas).
Otro agregado fue que también ayer fue el día central de carnavales en toda la ciudad, y lógicamente la población prefirió pandillar alrededor de la humisha y luego ver el partido por la ‘tele’ con unas bebidas.