- Con show artístico, juegos y entrega de canastas
Como una muestra del alto desprendimiento social y acercamiento a la población más necesitada, el personal policial de la comisaría rural de Santa María de Nanay, al mando del suboficial Técnico de 1ª PNP Hitler Peixoto Ferreyra, el fin de semana último, en el frontis de su sede policial, homenajearon a las madres humildes, provenientes de las diferentes comunidades campesinas y nativas del distrito de Alto Nanay, con show artístico, concurso, juegos, canto y baile, chapa tu gallina, gana tu premio y carrera de encostalado, con entrega de premios, canastas conteniendo artículos de primera necesidad y utensilios de cocina.
Las madres homenajeadas pertenecen a las comunidades campesinas y nativas de Diamante Azul, Pisco, Nuevo Loreto, San Juan de Hungurahual, San Juan de Raya, Saboya, Miraflores, Monte Calvario, Samito y Anguilla, quienes a bordo de sus unidades fluviales, canoas y bote-motor, arribaron a la hora indicada hasta la localidad de Santa María de Nanay, quienes en forma organizada se apostaron en el frontis de la comisaría del sector, donde además se dieron cita las principales autoridades del distrito, el juez de paz no letrado, Manuel Silva Isuiza, subprefecto distrital, Carlos Burga Rojas, el personal policial en pleno de la indicada comisaría y pobladores de la menciona zona.
La solidaridad es uno de los valores que caracteriza a la Policía Nacional del Perú, es por ello que en el distrito de Alto Nanay, el personal policial acantonado en dicha zona, perteneciente a la IV Macro Región Policial Loreto, lo demuestra en sus acciones. Como previa al Día de la Madre, rindieron homenaje a las madres, siendo las beneficiadas de esta acción las mujeres madres y adultas mayores. Destacaron con la actividad más hermosa del ser humano, la ayuda comunitaria. Todo un día, los efectivos policiales recorrieron varias comunidades para así lograr el éxito deseado. En dicho homenaje adelantado por el Día de la Madre, varias rosas fueron entregadas y las mujeres sonrieron ante esto. La alegría de las madres y abuelitas se completó cuando tuvieron en sus manos una canasta llena de víveres, con artículos de primera necesidad y demás presentes.