- Utilizó su arma de fuego para tomar fatal decisión
Aprovechando que la caravana pasaba por la calle Grau haciendo sonar su claxon y rugiendo sus motores, tras el triunfo de Perú contra su similar de Paraguay, la S3 PNP Lesly Chuquillanqui Contreras, cogió su arma de reglamento le puso en la boca y apretó el gatillo, para acabar con su vida de un balazo.
Este hecho de sangre ocurrió en el interior de una habitación del segundo piso de un inmueble, ubicado en la avenida Grau N° 1044, en donde la policía femenina vivía desde hace mucho tiempo.
“No escuchamos el sonido de ningún disparo, seguro fue porque el ruido ensordecedor de las motos y motocarros que pasaban a cada rato por acá, no dejó que escuchemos nada”, sostuvo uno de los inquilinos que vive en dicho lugar.
Hasta la escena del crimen llegó personal de la oficina de criminalística de la Policía Nacional, quienes ingresaron hasta la habitación. En el lugar se encontraba el cuerpo inerte de la occisa, echada boca arriba, con la pistola a un costado de la cara, lado derecho.
Según la información que obtuvo este diario, la suboficial se quitó la vida con una pistola, con el cañón aplicado en la boca, de dónde salió un proyectil de arma de fuego con salida por el cuello y la parte posterior. Asimismo, a este lugar llegaron sus colegas y personal del Ministerio Público quien ordenó el levantamiento del cadáver y su traslado a la morgue central.
NO FUE A INTERNAR SU ARMA DE REGLAMENTO
El último martes Lesly Chuquillanqui, terminando su servicio no se dirigió a su base (Unidad de Tránsito de la PNP), eran más de las 10 de la noche y la joven policía no se presentaba. Le reventaron el teléfono, pero no contestaba e incluso no se fue a internar su arma de reglamento en su unidad. Esto hizo sospechar a sus superiores que algo raro pasaba. Entonces enviaron a dos efectivos policiales a verificar en su domicilio, en donde lamentablemente se encontraron con el macabro hallazgo.
La agente policial era natural de Huánuco y sus familiares llegaron a Iquitos, en medio del llanto y el dolor, para trasladar sus restos hasta su ciudad natal y darle cristiana sepultura.
Los motivos de este lamentable hecho vienen siendo materia de investigación por parte de la Policía Nacional del Perú y del ministerio público.
(C. Ampuero)





