Fernando Herman Moberg Tobies
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Marcelo camina por la misma plaza donde hace diez años atrás soñaba sentado conversando con quien sería el primer alcalde de la nueva generación de jóvenes de Loreto, detuvo su auto y se quedó atrapado fijamente en el lugar donde pactaron que no se detendrían hasta conseguir el objetivo, luchar realmente por la población que de la esperanza no pasan sus mejoras.
Recuerda aquella noche después de una gran jornada de trabajo, aún jóvenes, ya con algunos golpes en el alma y heridas sin haber cicatrizado, hacían un sobre esfuerzo por intentar mantener la idea de la nueva conciencia de la juventud loretana, construir una voz firme identificados con la fortaleza de la naturaleza y la búsqueda del con conocimiento; algunas cosas se estaban saliendo de control, uno que otro aliado se alejaba por fines lucrativos, algunos se aburrían y volvían a la vanidad del sistema o simplemente se conformaban con la comodidad circunstancial que tenían que aprovechar.
Llega la escalera de cemento de la Plaza 28 de Julio donde se acostó ese día sin importarle lo que las personas pudiesen pensar, esa noche estaba muy agotado, algunos «amigos» habían dado el apoyo a la oposición ideológica, debilitando la confianza del esfuerzo emprendido sin descanso del equipo. Se estaba intentando solidificar una campaña diferente, con un real contacto con las necesidades de la población, y las bases habían sido seducidas por otros intereses.
«Que complicado es el sistema estimado, el talento a veces no sirve para nada, los intereses económicos rigen todas las máscaras que se usan para mantener la pobreza y enriquecer a los poderosos» «¿Hasta cuándo va a seguir la misma situación? Si seguimos desunidos a ningún lugar llegaremos, la cosa no es fácil hermano, tú lo sabes, convocamos a las reuniones y cuando es tema de coyuntura ahí están todos para la foto, para la pose, pero luego hay que estar jalándolos peor que a muchachos» «Todos estos sinvergüenzas que nos gobiernan, entran al poder y dan la espalda a sus bases, a su masa, a la gente que les ha puesto en el lugar en el que están, nada les costaría cumplir lo que han prometido, necesitamos dignidad en la salud y educación, el resto ya dependería de uno mismo para emprender a mejores oportunidades» «¡¡¡Mira Marcelo!!! Lo que estamos haciendo está muy bien hermano, sigamos y de acá a unos años ya verás que la estrategia habrá dado resultado, tranquilo que ningún tres millones de soles podrá contra la energía que estamos formando, cuando se une lo justo y el esfuerzo, la fórmula funciona sin plata». Marcelo evoca algunas de las palabras de su gran amigo Alfredo con quien conversaba ese día en el mismo lugar que ahora tiene frente a él, sabía que iba a ser difícil, fue mucho más de lo que esperaban, pero la recompensa llegó, creían que no lo lograrían, dormían pocas horas, dejaron su vida social y cuando murió su padre, Marcelo dejó la ciudad y se fue a vivir en las comunidades, compartiendo conocimiento.
«Marcelo la política es bien interesante, tienes que entender hermano que acá no prevalece el bien por encima del bien, sino estarían pues gobernándonos los santos, curas o personas altamente éticas y moralistas que como ves no están acá, y simplemente es porque el ser humano es aún un animal en evolución y esa teoría tú la compartes, y la política no es ajena para esa definición, hay constante choque, negociación, se ajusta y suelta, golpea y sonríe, se calla y aplaude, acá no prima la bondad, prima la necesidad, la realidad, el acoplamiento a largo plazo. Eso es la política, el fin mayor, no es que yo quiera que entiendas que todo es malo, sino que tenemos que estar siempre alertas, trabajar más para vendernos menos, y así, en lo mínimo necesitar o deber algo a alguien, y eso es en lo que estamos, fácil logremos hasta cambiar el significado actual en lo que se ha convertido la política» fueron las últimas palabras que Rafael dijo aquella noche segundos antes que un carro se detuviera y dispararan hacia la moto de Marcelo, gritando que se vayan de la ciudad o la próxima ya serían ellos.
Alfredo ganó la alcaldía de Maynas, el primer mandatario joven con un equipo nuevo en la política partidaria, jóvenes profesionales de la ciudad que estratégicamente avanzaron de las organizaciones sociales fortaleciendo el contacto constante con las poblaciones que hacían la masa electoral, conocían perfectamente los proyectos que se tenían que desarrollar para empezar a ordenar una provincia que no aprovechaba bien sus inversiones y actuaba en lógica a sus prioridades.
Los empresarios de construcción empezaron a comprar a la prensa, los proveedores intentaban crear pruebas falsas para generar denuncias en la fiscalía, se había puesto al sistema de los abusadores en crisis. El acalde y su equipo habían firmado un compromiso de trabajo en el pasado que se había fortalecido por más de cinco años de unión y compañerismo, el dinero no podía entender que no debilitaría la gratitud y convicción que se había formado en el grupo de personas que entraron al poder. Varios de los padres de los que dirigían la estrategia de gobierno habían fallecido, algunos habían perdido dinero o empresas por la cacería del gobierno central contra ellos, sus familiares se quedaron sin trabajo, pero eran apoyados por los empresarios que compartían la causa. La madurez de la amistad y lealtad primaba.
Segundo año de gobierno y los presupuestos eran destinados para la educación y salud, turismo y capacitación de emprendimiento, las denuncias crecían, las amenazas y la desesperación de los empresarios por sangrar al pueblo que olvida su poder y se duerme cuando podríamos hacer que nos respeten, crecía, el malestar en cierta parte de la ciudad era evidente pero no en su totalidad. La ciudad como centro no crecía, se mantenía limpia y ordenada, sin delincuencia, pero la calidad de los servicios básicos que brindaba el municipio a todos era por igual y tal cual como el de una clínica o el de un colegio particular, la población empezaba a conocer más sus derechos y responsabilidades, se sentía una ciudad dividida y al mismo tiempo feliz, la prensa estaba en contra del supuesto retraso al crecimiento y armonía de una población realmente democrática, que el pueblo en su mayoría en todos sus alrededores aprobaba y aplaudía.
En el tercer año desaparecen a dos regidores representantes de la comunidad gay, reviven el pasado de un asesor que en los primeros años de su adolescencia consumía marihuana, mandan a un hombre casado a seducir a una de las gerentes y arman un video, asaltan y le dan una golpiza a otro de los asesores dejándolo en coma, la sunat azota por algunos descuidos a las empresarios familiares de la gestión, la vida de todos los jóvenes que entraron a ser el nuevo renacimiento de la política podrida y malograda son estropeados, manchados y denigrados, pero los desesperados, los poderosos arrinconados y caprichosos son menos del veinte por ciento, lo que todo ataque pudo ser soportado y defendido por la mayoría.
Marcelo vuelve a su auto, recorre la ciudad que ha tenido un nuevo auge, jamás había pensado ingresar a la política partidaria, pero cuando vio que un grupo de jóvenes manipulados por sus vacíos emocionales y ansias de dinero para recuperar sus estatus o saciar sus carencias, no dudó en motivar y unir a los diferentes jóvenes que representaban a ciertos sectores, formaron una alianza que se construyó a base filosofía y sacrificio, espiritualidad y raciocinio.
Cuando Alfredo terminó su paso por la alcaldía de Maynas impulsado por Marcelo, éste ya se había mudado a estudiar su maestría en España, Alfredo viajó a Europa solo a pedirle que regresara, que era momento del siguiente paso, el Congreso de la República, pero que ahora el turno era de él. Marcelo regresó al Perú, se reunió con su equipo que ya había empezado el nuevo cambio también en otros departamentos de la Amazonía y prosiguieron con la lucha. Marcelo acelera mientras sonríe, pasa por las mismas calles por donde antes sus pensamientos atormentaban sus ideales, avanzando contra el tiempo, defendiendo las causas que él ya las tenía saciadas, compartiendo el respeto a la esperanza.
Marcelo fue elegido como congresista días atrás, el primero con más votos en una democracia tan compleja y dividida, vuelve a pasar por la plaza 28 de Julio, por el mismo lugar en donde cierta noche dudó en dejar todo, dedicarse a su titulación, a su crecimiento personal y a abandonar la lucha por intentar cambiar el sistema corrompido; mira nuevamente el lugar, visualiza su juventud, el amor a su padre sobre sus hombros, la carga de sus consejos que lo guiaron, siente como se aceleran los latidos de su corazón, lo extraña, agradece su bendición, y acelera su auto sin perder el ideal que cambiará algún día a la humanidad.





