Piensas: Locuras Populares!!!

Fernando Herman Moberg Tobies
http://riendasciegas.wordpress.com
hmoberg@hotmail.com
@FernandoMobergT

 

– Te das cuenta de lo que me estás haciendo?
– Sé muy bien lo que estoy haciendo.
– Te vas a arrepentir, no puedes venir de la nada y hacer un escándalo.
– Yo puedo hacer lo que me da la gana, a las finales, se necesitaba que suceda algo como esto para poder comprobar lo que presentía y me lo autonegaba.
– Piensa lo que quieras, pero de mí te olvidas para siempre.

– Eso es lo que querías? Dejarme en nada? ya terminé con él y ahora sin ti?
– Me negaste en su delante, eres una mujer cínica, mientes de acuerdo a lo que te conviene.
– Pero es la verdad, qué pues quieres? Ya la fregué, estoy acá pidiéndote disculpas, qué más quieres?
– Yo ya no quiero estar contigo, ya estoy cansado.
– Ah, mira lo que dices, de ahí no me estés llamando.
– Pero para qué? Si en verdad no me quieres.
– Pero por qué dices eso? Si yo sí te quiero, te amo.
– Fácil es decirlo, la cosa es demostrarlo, por eso dudo, por cómo te comportas.

– Puedes venir a recogerme? Estoy en la casa de mi amiga Emma, pero ven en carro para ir a dar una vuelta con las chicas.
– Listo voy en una hora, estoy en una reunión con unos amigos del colegio que llegaron de viaje.
– Ya, pero apúrate. Déjalos mejor, ya de ahí los ves luego, igual no tengo mucho tiempo y yo quería salir contigo y mis amigas, de ahí no digas que no te presento a las personas con las que ando.
– Ya, ya, me despido y voy.
– Listo mi amor, te amo.

– Dónde estás?
– En mi casa amor, por qué?
– Ven a la casa de Claudia, estamos jugando póker, su hermano nos prestó, ven, juguemos un rato y vamos a cenar.
– Ok, voy, pero por qué mejor no vienes y comemos algo acá, conversando tranquilos, viendo televisión.
– Ya amor, pero ven primero, quiero jugar contigo también, ven amor, no lo volveré a repetirlo.
– Hahahaha, haces de todo para convencerme, en un toque voy.

– Abre los ojos, te gusta la sorpresa amor?
– Wau, te pasaste, llenaste toda tu pared con mi nombre y que me amas, qué lindoooo, te amo.
– Hahahahaha, pensé en ti en toda la tarde y te extrañé, puse música y fluyó poner lo que siento por ti llenando de globos la pared que por más de un año guarda nuestros secretos.
– Eres un loquito, gracias amor, gracias por hacerme sentir especial.
– Especial? Eres mi todo.

– No me mires mientras cantas.
– Qué pasa? No entiendo.
– Estas amigas no saben que estoy contigo y son unas chismosas.
– Y cuál es el problema? Si soy el mejor partido que podrían llegar a conocer.
– Le pueden decir a mi viejo y ya sabes cómo es él, no quiere que tenga enamorado.
– Bueno, me parece una estupidez, aparte ni que fueras una santa.
– Igual, saca tu mano, no me toques, pueden ver.
– Exageras en verdad.
– Ya, maneja nomás, sube el volumen.

– Por qué si me contestas de este número? Qué te pasa?
– Te dije que me estoy bañando para salir.
– Pero te estoy llamando yoooooo. Tu marido.
– Ya está bien, pero me estoy bañando, pues.
– No me contestas de mi número, y sí me contestas de este número extraño, das mucho qué pensar, no entiendo por qué te comportas así.
– Es que fácil podría ser una emergencia.
– O sea, yo no soy importante? No te interesa lo que te tenga que decir? Qué tanto apuro de salir o ver si estás conmigo y yo estoy de viaje.
– No empieces, estamos bien, tranquilízate ya, voy a bañarme.
– No, oye, escúchame…
– Te dejo, cálmate, me llamas mañana. Chau.

– Muéstrame tu teléfono, con quién estás hablando.
– Qué te pasa. Es mi teléfono.
– Así? Yo te lo di, así que también es mío, pon la clave, desbloquéalo.
– No, ya te dije, compórtate, o me voy.
– Como siempre, no respondes y te largas.
– Quieres mirar? Mira y sóbate.
– No sé qué es lo que tienes, estás enferma en verdad.

– Te presento al amor de mi vida.
– Hahaha, oye, te das cuenta de lo que estás diciendo?
– Sí, claro, pero eso es lo que eres, pues, el amor de mi vida.
– Bueno, que lindo detalle.
– Tú sabes que te amo, a veces ni yo me entiendo, pero sabes que te amo.

– Cada locura que hacemos, si tu viejo supiera que faltas a clases para que vengas a verme.
– Hahaha, se muere.
– Y hoy te hiciste la enferma?
– Sí, le dije a mi vieja que iría a comprar mi jugo, di la vuelta en la esquina y me trepé al primer motocarro que pasó, antes que me vieran.
– Hahahaha, viste que no te hayan seguido?
– Claro, nunca tan sonsa.

– Qué divertido que te escapes de madrugada para estar un rato juntos.
– Hahahaha, siiii, y tengo que llegar antes de las cinco, que a esa hora mi mamá se levanta.
– Eres una loca, pero me encanta esta locura, aunque luego en el trabajo estoy de sueño, pero vale la pena, te amo.
– Yo te amo más.
– Y por qué me amas?
– Porque siempre estas a mi lado.
– Poco profundo.
– Pero es la verdad, pues, para mi eres todo.
– Pero que es todo?
– Contigo me siento protegida y eso para mí es todo, ya no preguntes más.

– Los dos nos hemos hecho mucho daño, nos hemos perdonado varias cosas malas, pero igual quiero seguir viéndote.
– Es que ya es un problema, o tú no te das cuenta de lo que haces, o yo ya no encajo en la forma en como tu miras a la vida.
– Tú lo complicas todo, deja que las cosas sigan su ritmo.
– Ya no, las cosas se salen de control, así ya no es, yo necesito estabilidad.

– Te extraño.
– Tú crees? Fácil estás confundida.
– Bueno, si no me crees qué puedo hacer.
– Y qué puedo hacer para creerte?
– Dónde estás? Para ir a verte.
– A veces pienso que ese es el error, que lo nuestro es más pasión, sexo.
– Hablas tonterías, quieres que vaya o no?
– Quiero verte, pero sé que no es lo que debemos hacer.
– Voy o no?
– Ven.
– Deja abierta tu puerta.

– Yo no puedo ser fiel.
– Te estás dando cuenta de lo que me estás diciendo? Espero no te arrepientas de tus palabras.
– Pero es la verdad, yo necesito atención, que todos me miren, me deseen.
– Estás loca, con esas ideas vas a acabar siendo el trapo de toda la gente que tiene poder.
– No me interesa.
– Qué asco, no puedo creer cómo pude haber estado con alguien que piense así.
– Pero te mueres por mí aún, así qué pena con todo lo que digas de mí porque estás atrapado. Me voy? O ya empezarás a rogarme para no hacerlo.
– Lárgate si quieres.
– Hahaha, llegaré a la puerta y me rogarás para que no salga como siempre, porque si esta vez me voy nunca más sabrás de mí, te lo juro por mi madre, nunca más.
– Pero mira las cosas que me dices.
– Tú tienes la culpa, me haces sentir mal y digo tonterías.
– En verdad estamos mal, esto es una locura.