– Le bastó unos minutos de lucidez para tomar fatal decisión
Cuando estaba lúcido los malos recuerdos le llegaban a su memoria, recordar que su mujer le había abandonado, que sus hijos ya no están a su lado y que su enfermedad avanzaba cada día más y más. Prácticamente vivía solo en un mundo donde solo estaba él y nadie que le brinde o le extienda una mano amiga. Ricardo García Dávila sabíia en su momento de lucidez que ya no podía más, que sus fuerzas poco a poco se iban agotando y así, sin pensarlo dos veces, le costó solo minutos para que busque y encuentre un cabo, lo amarre en un árbol de ficus que tenía en su huerta y se tire al vacío muriendo de manera instantánea ahorcado.
El macabro hallazgo fue visto por unos de sus familiares, quien minutos antes estaba buscando a la víctima por todos lados y no lo encontraba, “me fui a buscarle en la calle, donde los vecinos, en el mercado, en las comisaría, se había desaparecido por completo, y mira dónde lo encuentro, muerto, colgado de una soga”, contó un pariente. Al lugar de los hechos llego la policía y el fiscal de turno para el levantamiento del cadáver. (C. Ampuero)