Cuando la atmósfera se va tornando sombría acostumbramos a decir que el cielo está triste y si luego viene acompañada de una prolongada y persistente lluvia se asume figurativamente que el dolor que deben sentir muchas personas en esos momentos, debe ser muy profundo.
Para nosotros el clima nos ha acompañado ayer en el simbolismo de las lágrimas por el dolor y la tristeza frente a la partida física de esta tierra de nuestro presidente del Directorio, Novato Lincoln Cornejo Venancio, que resulta muy difícil asimilar cuando las esperanzas por la recuperación frente a un problema de salud, es bastante alto, pero así se dieron los hechos, llevamos el luto en el corazón y la resignación llegará a su tiempo.
Este tema climatológico de persistente lluvia nos lleva también a otro tema, y es al entendimiento hidrológico que la etapa de invierno en esta parte de la Amazonía peruana se viene acentuando. Las aguas de los ríos, cochas, lagos y quebradas empezarán a elevar más su nivel.
Lo que tendremos es que esperar hasta los meses de abril, mayo y junio, aproximadamente para ver si la creciente de los ríos se mantiene en el nivel de lo acostumbrado en las últimas décadas o puede tratarse de una creciente grande que puede ocasionar desborde de los ríos y demás espejos de agua, con consecuencias negativas para las comunidades que se ubican al borde de la ribera y en tierras bajas.
Estas zonas bajas son las que se afectan más en la época de creciente, mientras que en las zonas altas de las comunidades, por obvias razones, la creciente no les afecta y pueden seguir con sus actividades en el agua y el bosque de forma tranquila.
La ciudad también se debe poner en alerta y en actitud preventiva porque una creciente grande también afecta zonas de asentamientos humanos cercanos a la ribera de los ríos que nos circundan, especialmente el Momón, Nanay, Itaya y el río Amazonas. Cuanto más prevenidos nos alcance la creciente menos problemas sociales se presentarán y la calidad de vida podrá representarse en la forma exitosa de afrontar a los fenómenos naturales.
Las persistentes lluvias seguirá apareciendo sea para simbolizar una tristeza en nuestro imaginario como amazónicos o para seguir recordándonos la estación climatológica que se ha iniciado hace más de un mes. Que las miles y miles de gotas de lluvia simbolicen también que se ha regado en tierra fértil y que la buena cosecha seguirá produciéndose con brillante sol.