De Carlos De La Puente
Papá Baldomero, te conocí a los 5 años y a los 9 te casaste con mi mamá…Aprendí a respetarte, comprenderte y admirarte por tu apego a los estudios. Tú sabes que de joven fui rebelde, pero encontré parte de mi equilibrio en tu carácter bonachón, servicial, sencillo, súper súper practico…De joven te critiqué algunas veces, pero tú siempre me decías que viera las cosas buenas de ti…y eso siempre quedó como parte de mi filosofía de vida, y que ahora imparto a mis hijos, amigos y alumnos. Nuestra relación fue la mejor en los últimos 20 años y siempre sentí sincero tu abrazo y tu orgullo por mis logros…Mis hijos y mi esposa te adoraban, te los ganaste,,,y yo te quise y te quiero… Te fuiste tan de pronto que aún no lo asimilo, porque te veo sentado en la silla del jardín, o en la sala o en el consultorio donde siempre conversábamos, o entrando a la casa llamando a todos con esa sonrisa que nos levantaba el animo. O cuando salgo en estos días te veo caminando rápido con tu maletín…Claro, siempre te gustó caminar… Partiste en tu mejor momento y nos dejas con una pena sin final… Siempre me dijiste hijo… y yo demoré en decirte papá o papito como más te gustaba que te dijera en estos últimos años… Nunca nadie me dijo hijo y lo voy a extrañar sinceramente…Lo bueno fue que nos abrazamos muchas veces y te besé como cuando un niño besa a su padre y fueron varias las veces que te dije que te quería…me siento bien porque lo hice cuando estabas con nosotros y porque sé que te reconfortaba… Siempre estaré orgulloso de haberte tenido como padre y de que me hayas brindado la oportunidad de considerarme tu hijo… te quiero y siempre estarás en mi recuerdo…