¿Otra vez ?

Mediante una medida cautelar, el alcalde Charles Zevallos nuevamente toma posesión del cargo. Mañana o días más, Jorge Washington Guimas Gadea o un miembro edil  apelará contra esa herramienta del proceso de la suspensión acordada por el Concejo de Regidores.

 

Entre estas idas y venidas, el pueblo de Maynas muestra su indiferencia, tomando el caso en son de burla, comentándolo con sorna y mucha suspicacia, calificando a los protagonistas de la peor manera. Y eso muy bien lo saben ellos, como la gente se expresa tanto de Charles, su asesor, los empresarios que le apoyan, como también de Jorge Washington.

 

El pueblo está en el balcón mirando la disputa del poder municipal, impotente de hacer algo para poner orden en el gobierno local. Para eso hay instancias, hay ley y un JNE, que poco o nada parece importarle dado el tiempo transcurrido y no ver el caso y decir su palabra tajante y de una vez por todas zanjar por la legalidad este escándalo que  nos avergüenza ante los ojos del país, que se ríe de nuestra tragedia.

 

En otras partes del Perú, estas cosas no suceden y si sucedieran se arreglan «en dos patadas» como reza el dicho popular. En los pueblos de la sierra los pobladores saben exigir justicia, muchas veces a su manera. Ante eso, a las autoridades no les queda más que acelerar los procesos y dar por concluidos los casos.

 

Mientras eso sucede, veremos a un Charles Zevallos disminuido en sus facultades, diferente a aquel «besucón» con muchos bríos y suelto de huesos declaraba ante las cámaras de televisión, bien elogiando su gestión o despotricando de sus rivales políticos. Día a día entrará al local municipal ayudado por otras personas, ante la mirada atónita de unos, de lástima de otros y de felicidad de algunos otros más que tienen miles y hasta millones de  motivos para celebrar su retorno.

 

Entre tanto la ciudad permanece sucia y polvorienta y los vecinos que tienen que hacer gestiones en la municipalidad, impedidos de ingresar al castillo de los sueños del poder edil, donde un dineral es la causa de burdos enfrentamientos entre personas que han perdido el respeto  al pueblo que los eligió, equivocadamente o no.