No es más que la mejor muestra de un claro enfrentamiento contra la población y la autoridad. La rotunda negativa de los vendedores de una supuesta asociación que funciona cuando se acercan los días de la llamada Feria Navideña, que a través de un vocero han expresado que por ningún motivo van a ir a poner sus puestos de venta en la pista del aeropuerto teniente Bergerie, como lo ha dispuesto la municipalidad de Maynas.
Argumentan que van a estar apartados de la ciudad y que nadie irá a la actividad. ¿Será entonces que el local de la municipalidad de Maynas está lejos de la ciudad, en la cuadra 3 de Alzamora? ¿Será que el Club Tenis Iquitos está más allá del bosque, muy lejos de la ciudad? ¿Será que el estadio y el coliseo están lejos y que nunca nadie ha llegado hasta allá? A qué llaman lejos de la ciudad los vendedores de la «feria».
Califican de payasada al acuerdo del Concejo de Regidores, agregando que estos representantes no pensaron en los miles de vendedores (que serían afectados) y que ese lugar (el aeropuerto) es pequeño para los mil trescientos vendedores. Quien tenga dos dedos de frente dirá que precisamente por eso se pensó en la pista del aeropuerto, que tendrá el mejor acondicionamiento en seguridad, servicios y hasta publicidad gratuita. Eso a nadie, en ninguna otra parte le dan, esto solo pasa aquí, en Iquitos.
De tal manera que la posición de los vendedores navideños de apropiarse a la fuerza de la pista de la calle Próspero, no solo es una falta de respeto a la autoridad de nuestra ciudad, sino un insulto a la población a la que se le quiere exponer a mil situaciones peligrosas, en vez de seguir las disposiciones ediles, bien pensadas y mejor concebidas.
Eso indefectiblemente va a traer un serio enfrentamiento que va a exponer la vida del invasor como de la policía.
Si tomamos este tipo de actitudes, no somos ciudadanos y por eso no podemos ser miembros de una sociedad que se precia de ser civilizada, respetuosa de las leyes y de los derechos de los demás.
Es evidente que hay gente que tiene un olímpico desprecio por el orden.





