Preocupa que hace dos semanas el Consejo Regional de Loreto haya dado pase a un pedido del área de planeamiento y presupuesto del gobierno regional, en cuanto a presentar 3 proyectos para que salgan a través de “obras por impuestos”.
Los proyectos se presentarían en una feria en Lima donde asisten empresarios interesados en elegir obras para luego ejecutarlas en vez de hacer sus pagos a la Sunat. En este caso, el jefe de planeamiento, Andrés Macedo, dio a conocer los siguientes proyectos:
-Mejoramiento de seguridad ciudadana en Loreto que comprende una serie de componentes.
-Mejoramiento de un Polideportivo en Datem del Marañón.
-Mejoramiento de la Villa Olímpica.
Mencionando que ese tipo de proyectos no estaban contemplados en la Ley 30897, Ley de promoción de la inversión y desarrollo del departamento de Loreto. Más conocida como Ley Fideicomiso. Un monto de 270 millones de soles entregados al año, en compensación del retiro del Reintegro Tributario.
Preocupa porque las obras por impuesto no significan que la región resulte siendo la gran ganadora. Para nada. Hay ejemplos varios, como las plazuelas construidas en la gestión de la ex alcaldesa de Maynas. Hoy ya descuentan del presupuesto municipal.
Igual con las obras hechas en el periodo del ex gobernador de Loreto por 62 millones de soles. Hoy el MEF ya se viene descontando 15 millones del canon. Las obras por impuestos no son un regalo. Entonces, preocupa que existiendo aún muchos millones del Fideicomiso, no se dé el impulso que se requiere para que la economía en la región se desoxide y empiece a rotar como una noria.
Y se esté pensando en agarrar por la, a la larga o a la corta, endeudada ruta de obras por impuestos, que lo único que hacen es desnutrir más al ya anémico canon petrolero. Y seguir endeudando a la región.
Si esos tres proyectos no pueden salir por Fideicomiso, pues el arte de hacer una gestión útil a favor de Loreto, consiste en sacarlas a través de otro presupuesto. Eso sería lo óptimo.
Por lo menos, habría que esperar que concluyan los descuentos por obras pasadas y se termine con la devolución de la inmensa deuda por el alcantarillado de Iquitos, para no seguir estrangulando al alicaído canon.