No prescripción para delitos de corrupción

Es lo que viene impulsando la bancada oficialista, a fin que en agosto el Pleno del Congreso discuta el dictamen que declara dicha propuesta. Sin duda, el Pleno debe votar por el proyecto que sanciona severamente a los corruptos de «cuello y corbata», para aquellos que manejan y defraudan recursos del Estado. Para quienes -actualmente- parece no existir un poder que castigue sus temerarias acciones que les permite enriquecerse, mientras el sector débil de la sociedad continúa postergada en sus justas aspiraciones de desarrollo.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que una cosa es lo que propone la bancada oficialista a fin de mejorar la lucha contra la corrupción de la cual cada día el país se siente más invadido, y otra, muy diferente, que el gobierno realmente brinde todo el apoyo para fortalecerla y así poder contar con las herramientas necesarias que propicien el rompimiento de aquel círculo de hierro corrupto enquistado en las instituciones públicas del Perú.

Hay que mencionar que hace más de un año (01 de junio 2011) se inauguró en Loreto el Nuevo Código Procesal Penal para delitos de corrupción de funcionarios. A la fecha no existe ningún funcionario o trabajador que habiendo sido denunciado con pruebas fehacientes, haya ido a pagar sus culpas al remodelado penal «San Jacinto» o al penal de mujeres, pues la corrupción no es problema de un solo género. El Ministerio Público tiene una gran tarea y será mucho mayor a partir del 01 de octubre 2012 cuando el resto de delitos también ingresen al marco del Nuevo Código Procesal Penal.

El Congreso, así como el gobierno actual, si realmente quieren luchar contra ese flagelo que atrasa el desarrollo de los pueblos en su conjunto, deben contemplar el fortalecimiento inmediato, otorgando lo necesario para que los policías, fiscales y jueces puedan ejecutar su trabajo de manera prolija, que los aleje a ellos mismos de caer en actos ilícitos. Aún se necesita de muchos operadores judiciales para que la red sancionadora logre sus objetivos a corto plazo, enviando así un mensaje alentador a la sociedad que por ahora viene observando «pasivamente» cómo unos cuantos se enriquecen del dinero público, dividiendo cada vez más al país entre los de arriba y los de abajo.

Y eso en un país que distribuye ingentes millones de soles para mejorar la situación económica de todos…es imperdonable.