“No hay que olvidar que Jesús murió por nuestra salvación”

  • Eso es lo que se debe recordar en las fechas de Semana Santa.


Expresó el padre Rafael Kipi Croch (nacido en Polonia y desde hace 7 años en Perú) y que por estos días se encuentra en Caballo Cocha para dar realce a toda la ceremonia desarrollada por la fecha santa en que murió el hijo de Dios.
Él pertenece al Vicariato de San José del Amazonas que abarca a muchas comunidades del bajo Amazonas desde Indiana. Estuvo haciendo trabajo pastoral por 4 años en Yanashi. Hace 3 años está apoyando en la formación de futuros sacerdotes en el Seminario Mayor San Agustín, ubicado por la vía de acceso a Santo Tomás.
“Muchas veces nosotros olvidamos cuál es la esencia de nuestra fe. En las fiestas pascuales que empezamos hoy (jueves) se da la liturgia del Jueves Santo donde se demuestra toda la esencia de nuestra fe como cristianos. Se reflexiona sobre la muerte de Jesús y por qué sucedió eso. Fue por nuestra salvación.
Entonces, las fiestas pascuales que celebramos como cristianos en nuestra vida, como que deben ser las fiestas más importantes. ¿Por qué sucede eso? (Cuando algunos no le dan mucha importancia). Pienso que hay muchos motivos.
Pero es tiempo de pensar que sucedió en el tiempo de esos 3 días en la historia, qué pasó. Jesús dio su vida por nosotros. Jesús murió en la cruz por nosotros y luego resucitó, así como nosotros vamos a resucitar un día” expresó el padre Rafael.
De otro lado. ¿Con el Seminario en Iquitos, ahora hay más sacerdotes?
-Este año hay un nuevo formato, tenemos actualmente dos sedes en dos sedes. Hay una sede en Pucallpa como pre seminario y una sede de filosofía y teología que está en Iquitos. Entre ambos contamos con 14 personas.
Antes se decía que en Loreto faltaban sacerdotes ¿ya no es así?
-Desde que la Iglesia entró, pienso que fue la primera lucha para que la Iglesia amazónica tenga sus propios sacerdotes, autóctonos. Esa es una fortaleza que cada Iglesia debería tener y formar a Apóstoles. Sacerdotes que entienden a la gente, conocen sus costumbres, conocen sus realidades.
Entonces Dios invita a quien llama, a jóvenes con vocación. A varones y mujeres para ir al servicio en la tierra donde se escucha la palabra de Dios. Esa era la preocupación de la Iglesia para formar a sacerdotes autóctonos y eso estamos tratando de hacer día a día. Cada día hay más vocaciones y cada día más sacerdotes que son de la zona.