La plataforma de contenidos streaming Netflix se halla sumida en una cruenta lucha por mantener su status como reina de su sector. La compañía fue pionera en este tipo de servicios y aprovecha bien esa ventaja; sin embargo, en los últimos tiempos, sus competidoras parecen estar recortando distancias. Gigantes como HBO, que ahora ha creado HBO Max, con más contenido exclusivo tras su acuerdo con Warner, o Disney+, que aúna a Marvel o Pixar, además de su contenido propio, tienen una potente oferta que le quita parte del mercado.
Ampliando la oferta
La respuesta de Netflix, inicialmente, ha sido llegar a convenios con diferentes actores, actrices o directores para contar con material exclusivo que vaya directo a su plataforma. Y eso parece haberle dado buenos resultados, ya que mantiene su posición en el ranking, aún a cierta distancia de la competencia, además de asentarse en diversos países con una mayor cuota de afiliados, como ha ocurrido en España. Aún así, y temiendo futuros pasos de sus competidores, la compañía ha decidido dar un golpe en la mesa y aportar una posibilidad que le diferencia de otras plataformas: incluir videojuegos en su catálogo para sus clientes.
Diversos digitales se han hecho eco de una carta enviada por Netflix a sus accionistas en las que expone que en un breve periodo de tiempo va a incluir este tipo de diversión en su catálogo, sin un coste añadido para sus clientes. De esta manera, no sólo quiere destacar en el mercado del streaming, sino también acaparar todo lo que pueda del ocio en conjunto, pasando, así, a competir directamente con los juegos que ofrecen los desarrolladores para los dispositivos móviles o las consolas. A priori, estaríamos hablando de títulos de factura sencilla, a semejanza de los arcades de hace alguna década. Otras fuentes apuntan a otro tipo de género, más similar a “Elije tu aventura”, donde el usuario puede avanzar tomando sus propias decisiones.
Apuesta decidida Para poder tener éxito en este proyecto, la compañía habría cerrado algunos fichajes importantes, como el de Mike Verdu, antiguo ejecutivo de Electronic Arts Inc. o Facebook, entre otros. No podemos olvidar que el reto es complejo ya que, como hemos apuntado, suma competidores de altura a su actividad; muchos apuntan que Twitch puede sentirse amenazada en un momento en que acapara mucho mercado de ocio con la retransmisión de partidas. Pero también es cierto que la Netflix tiene más de 180 millones de suscriptores en todo el mundo: un terreno abonado para que cale su apuesta de que dichos clientes pasen horas jugando a través de este medio.
Unir en su oferta estos dos productos de entretenimiento, el streaming audiovisual y los videojuegos, puede ser una gran jugada para Netflix. No sólo porque los usuarios pueden centrar una importante parte de su ocio sin salir de la plataforma, sino porque la promoción del producto puede ser más variada y completa. Por poner un ejemplo, ya no sólo tendrán a actores, actrices o directores ejerciendo de embajadores de la marca (pensemos en el último fichaje que han realizado: el gran Steven Spielberg), sino que también pueden conseguir a potentes streamers, influencers o celebridades que son grandes apasionados de los videogames: sin ir más lejos, cantantes como Lady Gaga o Justin Bieber, actores como Vin Diesel o deportistas de la talla de Benjamin Spragg, conocido jugador de póker, o el futbolista Neymar Jr.
El éxito no está garantizado Sin embargo, no podemos olvidar la comodidad que representa para el usuario utilizar el móvil para el ocio. Y no es que Netflix no forme parte de esas aplicaciones que tenemos en nuestro dispositivo móvil, es que los juegos que se encuentran en las aplicaciones de descarga (como Google Play o iTunes) tienen una gran calidad y no precisan de entrar en la susodicha plataforma de streaming para disfrutar de ellos. Por una parte, el hecho de poder jugar dentro de un entorno al que ya hemos accedido, para ver series o películas, pone las cosas muy fáciles al consumidor. Pero, por otro lado, si ya somos aficionados a un juego a un desarrollador en concreto, pocas incomodidades (si podemos llamarlas así) nos van a impedir que, móvil en mano, sigamos disfrutando de ese título que ya nos tiene absorbidos.