- Son mordidos por serpientes y en las postas médicas de sus comunidades no hay el mencionado suero en polvo.
Terrible. Con tanto problema en la gerencia del sector salud, parecen haberse olvidado imperdonablemente de los pobladores nativos y campesinos qué en los tiempos de creciente, sobre todo, son “visitados” por las serpientes más venenosas.
Como el covid, las serpientes no distinguen a quienes muerden, incrustan su veneno en niños, jóvenes, mujeres, hombres, adultos y adultos mayores. Son democráticas.
Su mordedura desde hace más o menos dos años, ha causado muchas muertes, existiendo un subregistro de fallecimientos con los que no cuentan los hospitales o los centros de salud de capital de provincia, debido a que, por lo general, sus comunidades están sumamente alejadas.
Y en los botiquines de las postas no cuentan con suero antiofídico en polvo. Menos con el líquido conocido como polivalente liofilizado, que necesita refrigeración las 24 horas del día. Y obviamente los diversos caseríos por donde se producen estos ataques de oficios; no tienen, aunque sea una refrigeradora, menos cadena de frío para conservar.
Los primeros días del mes de julio la señora Janely Amaringo Apagueño (36), madre de familia, murió a causa de una mordedura de víbora (jergón). Y en estos días llamaron al hospital Iquitos por un caso en Santa Clotilde, pero no ingresó al nosocomio, al parecer falleció en su zona. Sobre el preocupante tema se pudo dialogar con el Dr. Yuri Cabello Quispe, infectólogo.
“La señora que falleció fue llevada tarde al hospital, ingresó después de 24 a más horas de haber sido mordida por un jergón en el tobillo izquierdo. De haber sido llevada antes de las 6 horas, se habría podido hacer mucho.
El familiar refirió que primero fueron a la posta de la Quebrada del Tahuayo y no había el suero antiofídico liofilizado. Tampoco había suero en el centro de salud de Tamshiyacu.
En los hospitales sí contamos con suero antiofídico refrigerado, lo que está faltando es en las postas de las comunidades que no tienen cadena de frío, ni otro modo cómo refrigerarlo. Hace un par de años sí se contaba con éste, ahora no” narra el médico.
¿Y por qué no habrá algo tan vital para las vidas de las personas en la zona rural?
-No sé por qué no hay. De manera urgente la gerencia regional de salud debería ver el por qué no cuenta con esos sueros antiofídicos en los centros de salud o puestos de salud de las comunidades rurales donde más se presentan estos accidentes ofídicos.
El tiempo que los afectados echan, en su mayoría son más de 6 horas, cuando llegan y pese a todos los esfuerzos que se hacen, fallecen. El daño a la persona es muy grave.
Loreto tiene el 50 y 60% de todas las mordeduras de víboras del país, es el que más está afectado por la falta de suero antiofídico liofilizado. Las personas de las comunidades rurales están totalmente desprotegidas en ese aspecto.
Hace un par de días se recibió una llamada desde el centro de referencia para evacuar a una persona desde el centro de salud Santa Clotilde, que había sido mordida por una serpiente “shushupe”. Nunca llegó al hospital, debe haber fallecido debido al avance del veneno en su organismo.
Y Santa Clotilde está cerca, es por ello que la gerencia regional de salud debería tomar acciones inmediatas, prontas, oportunas, para contar con el suero liofilizado y así parar las muertes por la falta de éste en las postas médicas.