El tema avanza rápido. Cuando llegaban las voces de las dragas en la cuenca del río Nanay surgieron las advertencias respecto a esa actividad de explotación ilegal de oro, y aun fuera legal, los riesgos son muy altos para las aguas y el ecosistema en general.
Salieron las primeras voces alertando sobre lo que pasó en la región Madre de Dios, en las zonas de explotación aurífera y todo el daño a la naturaleza y a la sociedad que en un principio vio hasta con buenos ojos la generación de oficios un tanto rentables.
El tiempo ha pasado y las alertas dadas se han cumplido y el tema parece sin solución, al extremo de la sospecha que en complicidad con algunos miembros de la policía y de la marina, respecto a lo ocurrido hace unos días, donde al parecer se hacían los ciegos con el pase de gasolina en demasiada cantidad, evidenciándose que sería para el accionar de las dragas.
La realidad que viven allá quienes salen en defensa no solamente del medio ambiente, sino ya del territorio nacional, es que están en una situación de indefensión, por eso han venido hasta Iquitos a exigir que intervenga el gobierno nacional y el ejército peruano.
Es escalofriante lo que está pasando. El Nanay está en jaque. Sentimos mucho por nuestros paisanos loretanos de esa parte de la región, niños, adolescentes, jóvenes, adultos, ancianos; puesto que no hay un plan serio y contundente de intervención, en el marco de lo que solicita la Defensoría del Pueblo, de declarar en emergencia a la zona del Alto Nanay.
El Consejo de Ministros debe estar enterado del tema, es grave lo que está ocurriendo que hasta han denunciado desde la zona que se está formando una ciudadela de extranjeros vinculados con estos ilícitos, incluso peruanos. La tensión en la zona puede llevar a peores consecuencias. Esperamos que se les atienda como es debido.
En Iquitos y otras ciudades de Loreto también personas con actitudes delictivas de otros países, generalmente colombianos y venezolanos siguen perturbando la tranquilidad. ¿Hasta cuándo? ¿Tenemos autoridades que hagan respetar nuestra patria? ¿Qué tendrá que suceder para recobrar la paz? La ley de migrantes no solapa la delincuencia, hay derechos, pero también obligaciones, si no se cumple, la deportación está normada a nivel mundial.