- La ciudadanía exige la captura de los cabecillas de estas llamadas “barras bravas”.
La violencia desatada por los enfrentamientos entre barristas volvió a teñir de sangre las calles de la ciudad. Esta vez, la víctima fue una joven identificada como Zila Domínguez Pinche, de 22 años, quien resultó herida en el brazo derecho tras ser alcanzada por un perdigón durante un violento altercado entre presuntos simpatizantes de Universitario de Deportes y Alianza Lima.
El lamentable hecho ocurrió en el cruce de las calles Iquitos y Arequipa, en pleno centro del distrito de Iquitos. Testigos relataron que el enfrentamiento fue súbito y brutal. En medio de gritos, insultos y pedradas, se escucharon varias detonaciones. Una de ellas impactó a la joven, quien pasaba por el lugar sin vínculo alguno con las barras.
Además del impacto directo que sufrió Zila Domínguez, los disparos también afectaron los techos de calamina de varias viviendas de la zona, provocando el pánico entre los vecinos, muchos de los cuales se vieron obligados a resguardarse para evitar ser alcanzados por algún proyectil.
Los vecinos, alarmados y cansados de vivir con miedo, exigen la intervención inmediata de las autoridades. “No podemos seguir permitiendo que estos delincuentes disfrazados de hinchas controlen las calles. Cada vez es más frecuente verlos enfrentarse como si estuvieran en una guerra. Ya no es solo vandalismo, es tentativa de homicidio”, señaló una pobladora afectada.
La ciudadanía exige la captura de los cabecillas de estas llamadas “barras bravas”, cuyos miembros han demostrado un desprecio absoluto por la vida humana y por la tranquilidad de la población. Los enfrentamientos entre hinchas ya no se limitan a gritos o pintas callejeras; ahora se disparan entre sí en zonas urbanas, poniendo en riesgo la vida de inocentes.
Desde este espacio, condenamos enérgicamente estos actos de barbarie protagonizados por seudo hinchas que lejos de alentar el deporte, siembran el terror. Las autoridades deben actuar con firmeza para identificar, capturar y sancionar a los responsables. La ciudad no puede convertirse en un campo de batalla por rivalidades futbolísticas. La seguridad de la población debe estar por encima de cualquier camiseta.
Mientras tanto, Zila Domínguez permanece recuperándose de la herida en un centro de salud local. Su caso se suma a una larga lista de víctimas inocentes de una violencia que parece no tener fin. (C. Ampuero)