- Extranjero ingresó a su negocio y causó destrozos.
La señora Marjorie Cabrera (40), denunció la agresión y amenazas que sufrió por parte de un grupo de extranjeros dedicados al préstamo gota a gota, que irrumpieron su negocio y vivienda con la intención de causar temor para obligarla a pagar una deuda.
De acuerdo con la agraviada, el prestamista acompañado de otras cinco personas, también de nacionalidad extranjera, ingresó a su vivienda de manera violenta y mientras destrozaba parte de su bodega gritaba su nombre para exigirle un pago.
“Yo estaba adentro descansando, porque una noche antes llevé a mi abuelita al hospital porque estaba delicada de salud. Estuve cansada y no pude escuchar su llamado, al salir pude ver todo el destrozo que causó uno de ellos”, contó la agraviada.
Durante el intercambio de palabras entre el extranjero y la agraviada, que también involucró insulto por ambas partes, el ciudadano de nacionalidad venezolana, se lanzó contra la mujer y le propinó diversos golpes en el cuerpo.
Ante el ataque, varios vecinos salieron en defensa de la agraviada, pero no pudieron acercarse hacia los extranjeros, porque presuntamente tenían armas de fuego con ellos. Luego de causar los destrozos, el agresor amenazó a la mujer asegurando que lo ocurrido volvería a pasar en caso no cancela su deuda.
“Tuve una deuda de 240 soles que estoy pagando, tuve retrasos estos días porque la venta estaba baja y mi abuelita enferma, solo debo 70 soles que en ningún momento me negué a pagar, por eso me extraña mucho la actitud de esos señores”, señaló la mujer.
Asimismo, la agraviada contó que su intento de denunciar el hecho en una dependencia policial intentó ser desestimada por los efectivos policiales, recién con la presencia de un oficial de la policía atendieron su denuncia por los hechos de violencia y amenaza registrados en su vivienda. (K. Rodriguez)
Porque no se los expulsa a estos malnacidos extranjeros que vienen al país a crear falsas expectativas en la población necesitada. Pienso que la policía debería actuar en el acto, encerrarlos y luego deportarlos o botarlos de la ciudad.