Es imposible dejar de relacionar a la pandemia por la Covid-19 en nuestras vidas, todo va girando en torno a ello, el cambio en nuestros hábitos de higiene, la alimentación, en nuestras relaciones laborales, sociales, académicas, en todo. Así de simple y traumático. Todo un reto.
Cómo encontrar a una persona apreciada después de mucho tiempo y tener que saludarse a un metro de distancia mínimo, levantado las manos en señal de saludo, cuando desearías darle un sentido abrazo y transmitirle sensorialmente tus mejores deseos.
Entonces, el efecto de la pandemia está en todo, hasta en la moda, si no, fijémonos en los tapabocas personalizados, con logos institucionales, con motivos artesanales, combinados con telas de diseños étnicos, los que combinan en armonía con el color del vestuario sea de gala, deportivo o casual, etc.
Y como todo se está reactivando poco a poco luego de cerca de dos años del inicio del ataque de la Covid-19, los eventos del mundo de la moda internacional ya están saliendo a la palestra, pero, curiosamente a través de sus propuestas de nuevas tendencias de la moda se presenta como una negación a la situación de salubridad que afronta el mundo, como que si la moda no está en el contexto.
Una muestra clara de ello se ve a través de las imágenes del New York Fashion Week, cuyo desfile se realiza de modo presencial entre el 8 y 12 de setiembre y sin que los modelos muestren diseños que combinen con mascarillas que son de uso diario actualmente en el planeta.
Al parecer uno de los más grandes escenarios de la moda a preferido dejar al libre albedrío de los seguidores de sus diseños, la combinación de las mascarillas, puesto que no expresan propuesta alguna, en ese sentido, por lo menos hasta hace unas horas.
Quizás sea revitalizador ver a las modelos sin mascarillas en los instantes que se disfruta de las mudas, añorando un antes del 15 de marzo del 2020, cuando para nosotros en Perú fue el inicio la cuarentena y la nueva normalidad que no se sabe por cuántos años más seguirá, unos dicen dos, otros tres y hasta quienes calculan unos diez años hasta encontrar la vacuna definitiva. Mientras sigamos reinventándonos en este nuevo contexto mundial.