- La propia bisabuela y la pareja de ésta, así como el conviviente de su madre fueron identificados por la menor como agresores.
- Únicamente se abrió investigación contra el tío, a quien el Poder Judicial ya condenó a cadena perpetua el pasado mes.
En julio de 2022, el Ministerio Público formalizó ante el Poder Judicial de Loreto la investigación penal contra Manuel Rodríguez Torres (50), acusado de los delitos de violación sexual y trata de personas en agravio de una menor de 12 años (su sobrina).
Este sujeto fue condenado a cadena perpetua por el Primer Juzgado Penal Colegiado Supraprovincial de Maynas de la Corte Superior de Justicia de Loreto, en adelanto de fallo que fue leído el último 31 de agosto.
Sin embargo, dicho sentenciado es sólo uno de los cinco familiares que la menor ha reconocido como sus agresores.
Cuatro familiares más fueron sindicados por violación sexual
La justicia para la niña no ha culminado, pues el expediente de la Fiscalía Especializada en Delitos de Trata de Personas de Loreto, a cargo del fiscal Jorge Luis Sánchez Tisnado, consigna a cuatro personas más que perpetraron actos de violencia sexual contra la menor.
Sin embargo, dicha Fiscalía no ha formalizado ni continuado investigación alguna contra los demás involucrados, pese a los graves elementos de convicción y el testimonio de la agraviada, conforme a la imputación que se resume a continuación.
Desde que tenía un año y medio de edad, la agraviada fue criada por su bisabuela, Olinda Torres Manihuari (74), en el distrito de Barranca, provincia de Datem del Marañón, región Loreto. En el 2014, cuando la niña tenía 5 años de edad fue abusada sexualmente por un sujeto a quien la menor conocía como “Tío Hamilton”. Se presume es un familiar que vivía en la misma zona.
Sólo dos años más tarde, cuando la niña cumplió 7 años, volvió a ser víctima de violación sexual por Segundo Erasmo Chanchari, la pareja de su bisabuela, Olinda Torres Manihuari, quien le entregó a su bisnieta para que sea ultrajada.
Las vejaciones por Erasmo Chanchari se repitieron hasta que la niña cumplió 10 años; y eran cometidas con apoyo de la propia bisabuela, quien amenazaba a la menor y era una especie de enfermiza expectante de estos terribles hechos que acontecían en su vivienda.
Lamentablemente, los abusos no terminaron para ella, pues a dicha edad, la menor fue sacada por su madre de la vivienda de la bisabuela, y trasladada a la ciudad de Lima para vivir con su progenitora.
En este nuevo entorno familiar, la niña sufrió más ultrajes; y esta vez por Juan Víctor Gutiérrez Fababa, pareja de su madre, quien la mantuvo bajo amenazas y cometió en más de una oportunidad el repudiable hecho. En el expediente, se indica además que en dicho inmueble vivía otra niña, hermana menor de la agraviada, quien potencialmente habría estado expuesta a iguales abusos.
Este caso ha causado gran conmoción en el departamento de Loreto, puesto que el Ministerio Público no ha continuado la investigación penal de los cuatro familiares reconocidos por la agraviada.
Sin duda, una grave omisión que debe ser observada urgentemente por el órgano de control de dicha institución, y demás instituciones que velan por garantizar los derechos de poblaciones en vulnerabilidad, como es el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.
Como se ha indicado, otra niña, hermana menor de la agraviada, estaba en la casa donde la pareja de su madre cometía estas vejaciones (en Lima), estando exponencialmente en riesgo sufrir o haber sufrido lo mismo. Sobre ello, es necesario profundizar las investigaciones, y asegurar el entorno familiar para ella.
En tanto, la bisabuela y su pareja, Erasmo Chanchari, así como el sujeto conocido como “Tío Hamilton”, siguen libres, y tal vez perpetrando impunemente estas vejaciones. Urge la acción inmediata de las autoridades correspondientes.