Por: Adolfo Ramírez del Águila
Docente de Educación Religiosa
El proyecto de ley que plantea la UNIÓN CIVIL ENTRE PAREJAS HOMOSEXUALES, bautizada como “Ley Bruce”, ha resucitado nuevamente el debate nacional, acerca de la posibilidad que parejas del mismo sexo, formen un hogar al amparo de la ley sin discriminaciones con respecto a las familias heterosexuales.
Todo hace pensar, que este proyecto de ley, al cual curiosamente la comunidad Gay del Perú se opone por ser discriminatoria, es un primer paso para lo que se viene después: la legalización del matrimonio homosexual y la adopción de niños por estas parejas. Ya muchos países en el mundo han dado ese paso, como Argentina por ejemplo, y crea precedentes que anima electoralmente a más de un congresista en el Perú. Recordemos que nuestro ex legislador loretano, Augusto Vargas, ya lo planteó cuando terminaba el segundo gobierno aprista.
Vamos a dejar el debate legal a los congresistas y sus asesores, que para eso se les paga; nosotros quisiéramos compartir nuestro aporte desde el punto de vista religioso porque inevitablemente, el matrimonio como institución socio-afectiva en el Perú colonial y republicano, ha surgido bajo el manto protector del cristianismo.
El fundamento más primigenio del matrimonio como institución familiar está en la Biblia (Gn 2, 18-24) Es el famoso pasaje en el jardín del Edén cuando el hombre se encontraba solo (autista) sin poder relacionarse con algún ser de su nivel y entonces Dios crea de la costilla de Adán a la Eva para que sea su compañera adecuada. Finalmente, Dios propone la institución de la monogamia: “Por eso el hombre deja a su padre y a su madre para unirse a su esposa, y los dos llegan a ser como una sola persona” (Gn 2, 24) (traducción “Dios habla hoy. Con Deuterocanónicos”).
En el momento que escribo este artículo (30 de setiembre) es el Día de la Biblia, y es porpicia la oportunidad para rendir homenaje a estos textos sagrados que han influido trascendentalmente en la vida ordinaria del ser humano y su cultura. Es el caso por ejemplo, de esta propuesta de organización familiar muy antiquísima a través de la monógamia. Los estudiosos de la Biblia calculan, que este texto del Génesis 2, fue escrita por un autor llamado Yavista, en el siglo X antes de Cristo, en el tiempo del Rey Salomón. Recordemos que este rey judío llegó a tener muchas mujeres (poligamia) y tal parece que esta parte del Génesis fue escrito específicamente para cuestionar al mozandero rey y proponerle en nombre de Dios, que lo adecuado es tener una sola mujer (monogamia).
Volvamos al debate actual sin fundamentalismos ni homofobias. La Biblia entonces propone al Pueblo de Dios de ese entonces (hace más de 3,000 años) la institución de la unión entre un varón y una sola mujer. Seguramente en ese entonces ya había algún comportamiento homosexual en los seres humanos, pero no era la preocupación central del autor Yavista, solo quiere fundamentar la monogamia en un mundo polígamo. Es algo injusto por lo tanto cogerse de este texto para decir actualmente que Dios bendice solo la unión heterosexual (varón-mujer) y que es cosa del demonio la homosexualidad (varón-varón, mujer-mujer). Recordemos que el Papa Francisco ya dijo: ¿quién soy yo para juzgar a los homosexuales?
El fundamento bíblico del Gn 2 entonces, no nos sirve para aceptar o rechazar la unión homosexual, tenemos que buscar otros fundamentos; dejemos en paz a la Biblia. Lanzo algunas preguntas a modo de ampliar y oxigenar el debate: UNO ¿Es higiénico una relación pene-ano o boca-vagina característica en las relaciones homosexuales? Fundamento sanitario; DOS ¿está el ano diseñado biológicamente para una relación sexo coital de un varón-varón? Fundamento antropológico; TRES, los niños adoptados por estas parejas ¿cómo aprenderán su sexualidad humana? Fundamento psicológico; CUATRO ¿es o no una distorsión genética la homosexualidad humana? Fundamento genético. Veamos también desde el fundamento socio-político, médico, ético-moral, etc.
Tenemos que prepararnos para un vivir en una sociedad laica desclericalizada, en donde los fundamentos religiosos no sean vistos como una interferencia en nuestra realización como país republicano, libre y democrático, sino, como una propuesta más a tener en cuenta en nuestras decisiones personales y sociales. En todo caso, si la Iglesia es tan retrógrada en no aceptar la unión homosexual en sus templos, matrimonio religioso gay ¿cuál es el problema de ver la posibilidad de la unión homosexual en el Municipio, matrimonio civil gay? Amén.





