Más recuerdos

En nuestro caminar por las calles de Iquitos y las visitas que hacemos a pueblos y ciudades de nuestra región Loreto, podemos escuchar y conversar con los paisanos en relación a nuestros recuerdos como caserío, comunidad, pueblo, ciudad y actualmente Iquitos Metropolitano.
Son muy pocos los que añoran ese pequeño pueblo apacible, además que pocos lúcidos se encuentran de aquellos años 40 que eran adultos que pasaban las tres décadas, como para narrarnos la historia de los invisibles dentro de una villa que emergía a ciudad.
Llama la atención como los historiadores y gente culta que leyó mucho, sólo se haya fijado en un grupo humano de este pueblo que tiene sus raíces indígenas en el pueblo Ikitu, pero sólo han sabido resaltar la vida, recreación, labores, costumbres, etc, si se quiere de la sociedad de élite del pueblo iquiteño.
Acá estaban también los paisanos provenientes de más etnias como los Boras, Witotos, etc., que prestaban servicios domésticos a cambio de tan solo comida, algo de ropa y comodidad, poco a poco fueron pidiendo también, estudiar. Está fresca todavía en nuestra memoria como un “empleado” para “mandados” originario kukama dormía en la huerta sobre hojas, sobre tablas, y eran los años 60, le decíamos “charito”, él se mostraba siempre con una sonrisa, representaba a la otra realidad del pueblo no narrada, sí ocultada.
Así también recordamos a unas dos a tres familias de boras que vivían en la amplia huerta familiar, todos hacían su vida como en su caserío, pero atentos a los mandados de la “patrona” de la casa, hasta se pudo escuchar de una relación sexual forzada producto del cual una de las “boritas” tuvo un hijo de uno de los mestizos de la familia que los acogía. Y se iba dando el mestizaje, que es de lo que no se hablaba, pero se siente en la sangre que aflora más temprano que tarde.
Esos recuerdos están frescos y se reavivan cuando en una clase de la lengua kukama se menciona que casi el 80% de los apellidos en Iquitos son de origen indígena, esa humanidad que poco a poco ha ido perdiendo la vergüenza de su origen y se refleja en el ánimo de recuperar lo auténtico desde los ancestros, sin dejar de poner en valor lo bueno y lo malo que pudo dejar en Iquitos cada época de su historia, como la del caucho.
Esto se reafirma en el fin de semana vivido, en la fiesta tradicional de San Juan con comida auténtica amazónica “Juane”, bebida local “Chicha de maíz”, música “Bombo baile”, velada al Santo Patrono “San Juan el Bautista”, santo de importación con la mezcla europea, donde se mueve a ritmo de la danza amazónica “Sitaracuy”, “Chaganacuy”, “Danzallana”, entre otros. También hubo “Húmishas y pandilladas”. Qué se siga fortaleciendo nuestra identidad, base del real desarrollo.