Los devotos del Señor de los Mil tragos ¿Hasta cuándo seguirán matando impunemente?

Por: Luís Roldán Ríos Córdova. rioscordova2010@hotmail.com

No quise escribir este artículo el mes de octubre, mes del Señor de los  Milagros, para no parecer irreverente ante los devotos del Cristo morado a quien voy a seguir fervorosamente cuando tenga la hidalguía de reconocer que tengo muchas cosas para agradecer a Dios y no sólo por que necesito un favorcito o un milagrito.

Bueno. Los devotos del dios Baco, aquel dios romano del vino y por extensión de todas las bebidas espirituosas: cerveza, ron, pisco, aguardiente, chuchurrí, y cuanta variedad exista en esta devoción,  conspicuos seguidores durante todo el año del Señor de los Mil tragos  siguen matando impunemente.

Tú, amigo ¿Conoces a alguien que teniendo dinero o influencias ha ido a la cárcel por matar conduciendo ebrio? No ¿verdad? Yo tampoco.  Pero, por ahí habrá uno que otro en la cárcel, debe ser alguien que no tiene padrino ni santito que le defienda.

Todos los días hay accidentes en algún lugar del Perú por conducir ebrios, siguen en lo mismo, conduciendo borrachos.  La ley está ahí, esperando a algún cojudo (espero no ser yo) que vaya adentro para hacer creer que la ley se cumple.  Los «vivos» se ríen de todo y de todos.

De la observación de esta normalidad ante los penosos accidentes de tránsito (muerte incluida) ocurridos en relación al alcohol y otras faltas a la ley de similares orígenes nacionales, he llegado a una triste pero real conclusión: Al peruano no le gusta cumplir las leyes. Le encanta transgredirlas. No se siente bien si no las vulnera. Algo así como que no se siente realizado si no transgrede normas, leyes y reglamentos.

Si de verdad se cumpliría la ley como debe ser, no se viera tantos vehículos estacionados en parrilladas, bailes sociales y no sociales, discotecas, tragotecas, en fin, todas las veredas de los templos donde se rinde culto al Señor de los Mil tragos, están llenas de vehículos (motos y motocarros generalmente). ¿No se supone que van a tomar pues?  Por que no creo que estén ahí para darle vueltas y vueltas al rosario. Descontando algunos de ellos que por razones de trabajo u otros están estacionados frente al templo, los demás están sueltamente con el «sano» propósito de rendirle devoción al dios Baco. Todo normal, todo bien, aquí se trapea el piso con las normas y su reglamento.  ¡Aquí no pasa nada!…invítenle un trago a Roldán y que no……..dirá algún miembro de la hermandad del Señor de los Mil tragos, ignorando que no pertenezco a esa feligresía.

Aunque te parezca mentira mi querido lector, el peruano se enorgullece de faltar a las leyes, lo cuenta como uno de sus máximos logros. «¡No soy ningún caído del palto!»  se ufana «¡No soy ningún cojudo!»…Entre otros honores con los que se congratula ante todos los presentes (si está en alguna reunión de culto al Señor de los Mil tragos) y como no ha de pedir que le erijan un monumento a su admirable vivacidad, pide dos más, limpiando la mesa con la ley; seguramente para celebrar su distinguida capacidad  delictiva, tomada como una cuestión de orgullo personal. ¡Qué vivo soy! Orgullo que te guste o no, es una característica del machismo nacional.  Tengo el orgullo de ser peruano y soy feliz, botella en alto, aunque la víctima se haya enterrado ayer.

El enorme vacío que deja el ser querido en el alma de los deudos o la postración de los que algunas veces no se sabe por cuanto tiempo estará en los hospitales ¿No les provoca algún tipo de reflexión, por él mismo o por los demás?

¿CÓMO PIENSAN  LOS DEVOTOS DEL DIOS  BACO Y SU COFRADÍA?

Veamos.

1.- Creen que para ellos no se han hecho los  accidentes ni la muerte.

Son los más jóvenes generalmente quienes creen que la muerte está muy lejos de ellos, por más que hayan estado en el velorio de alguien que como ellos, probablemente ha pensado igual.

2.-Afirman que estando ebrios conducen mejor que  estando sanos.

Algunos piensan que manejando borrachos lo hacen con mucho cuidado porque son muy responsables, sobre esta virtud, afirman ser tan responsables que asumen todos los gastos de la víctima.  ¿Cuán responsable es cambiarle la vida a un ser humano en manos de la embriaguez? (Habría que revisar nuestro concepto de responsabilidad)

Yo manejo despacio, dicen otros. No se dan cuenta que estando ebrios no  sienten la velocidad y juran que conducen despacio.

3.- Dicen que ellos nunca conducen borrachos porque sólo toman algunas copas.

Borracho es  no poder caminar o no saber ni cómo te llamas, afirman. ¿Sabrán que el licor minimiza todas las facultades mentales como para resolver con éxito una situación inesperada en el tránsito?

4.- Si manejan ebrios, no lo reconocen como delito, lo aceptan como un acto de viveza criolla, por lo demás, mi vida es mi vida, afirman.

Para el peruano  sacarle la vuelta a la ley es sinónimo de viveza criolla y cree además, que el conducir ebrio, es su problema, es su vida y a nadie debe importarle eso. ¿Y el dolor que se deja a los hijos, hermanos, a los padres?  ¿No tiene importancia?

5.- Saben que la ley no se aplica a los que tienen padrinos directa o indirectamente.

Por ahí escuché que en terrenos del derecho penal no importa que no conozcas la ley si conoces al juez.  Juzga tú, amigo lector.

Esta lectura ha de ser corroborado por todos aquellos que perdieron un ser querido en manos de un devoto del Señor de los Mil tragos: Estos siniestros engendros aplaudidos por la impunidad luego de llorar en el entierro, siguen en lo mismo. ¿Hasta cuándo? ¿Hasta que a  ustedes les toque?  ¿Vale más tu deseo de emborracharte que la vida de algún inocente quien yendo tras su proyecto encontró la muerte bajo tu irresponsabilidad?…. ¿Cuántos más  +…+…+…+…+……?