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Los 199 años de vida independiente, tiempos de Aprender, Desaprender y Reaprender

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  • A un año del Bicentenario urge analizar lo recorrido

Ciento noventainueve años de vida independiente son lo que estamos celebrando hoy y para esbozar algunas ideas sobre ello, hay que ser temerario o atrevido porque son tantas las aristas que tiene nuestro Perú; país de rica y profunda historia, pluricultural, multiétnico, multirracial, crisol y cogollo de convergencias y diferencias y muy a pesar de ellas, se funde en uno para celebrarse año a año.
Transcurridos casi dos centurias es necesario hacer una profunda revisión de tres conceptos que hoy se manejan en educación pero que abarcan toda actividad del ser humano y donde se convierte en indispensable aprender, desaprender y reaprender.
“Los analfabetos del siglo XXI no serán quienes no puedan leer ni escribir, sino los que no puedan aprender, desaprender y reaprender” sentenció Alvin Toffler en 1970 añadiendo además, “demasiado cambio en un período de tiempo demasiado corto” que justamente es lo que estamos viviendo hoy con motivo de esta pandemia, donde obligados por las circunstancias hemos visto cambios violentos y profundos en lo social, educación, salud, economía, seguridad; tanto en tan poco tiempo por lo que la trilogía aprender, desaprender y reaprender toma fuerza y vigor.
Y para reaprender hoy daré preferencia a los historiadores y filósofos porque hablar de la independencia del Perú nos lleva a momentos lejanos, que no hacen sino evocar las históricas batallas y combates que hubieron de librarse para poder sentirnos orgullosos de decir SOMOS LIBRES. Pero estas batallas y beligerancias fueron precedidas de momentos de profunda reflexión de aquellos que lideraban a cada uno de los bandos en disputa. Reflexiones sobre qué decisión tomar, sobre qué camino emprender, cuántos hombres exponer. Estas disquisiciones basadas en las firmes y arraigadas convicciones de esos líderes, fueron las que consolidaron la independencia del Perú.
La gesta libertadora marcó el inició de un proceso profundo de transformación, que dinámico e inacabable se sigue sucediendo en el devenir del tiempo, sentenciando por ello que “Comprender nuestra realidad es importante, reflexionarla y transformarla, una necesidad vital”.
Y para comprender, reflexionar y transformar nuestra realidad debemos de trabajar infatigablemente para revertir las dificultades que se nos presentan hoy, en el ámbito educativo, el desarrollo, la lucha firme contra la corrupción, el combate a la pobreza y otros males que hoy nos esclavizan. Más aún en la víspera del Bicentenario, cuando el alto a hacer es obligatorio para urgentemente revisar el camino recorrido y desaprender aquello que nos lastró, reaprender lo que nos fortaleció aprender lo que está por venir, rápidamente y al ritmo del cambio, porque negar el cambio es negar el suelo que estamos pisando. Los próceres y precursores lo hicieron a base de inteligencia y perseverancia y los héroes lo consolidaron en el fragor de la batalla.
La historia nos narra que el Ejército Libertador del Perú zarpó del Puerto de Valparaíso, el 20 de agosto de 1820. La expedición constaba de 4118 hombres de las diferentes armas: caballería, infantería y artillería. Después de 18 días de navegación, el memorable 8 de setiembre de 1820, se inició el desembarco de la Expedición Libertadora en la bahía de Paracas. Seguidamente, los patriotas ocuparon Pisco, Chincha y demás haciendas inmediatas. San Martín estableció entonces su Cuartel General en Pisco.
Posteriormente San Martín ocupa Lima y reúne a Cabildo Abierto el 15 de julio de 1821. Don Manuel Pérez de Tudela, más tarde Ministro de Relaciones Exteriores, redacta el Acta de la Independencia, que fue suscrita por las personas notables de la ciudad.
El memorable 28 de Julio de 1821 se reúne el Cabildo Abierto en Lima, declarando junto con el pueblo la Independencia del Perú de la dominación española y de cualquier otra dominación extranjera.
Don José de San Martín proclama y jura la Independencia del Perú en la Plaza Mayor de Lima con las siguientes palabras:
EL PERÚ DESDE ESTE MOMENTO ES LIBRE E INDEPENDIENTE
POR LA VOLUNTAD GENERAL DE LOS PUEBLOS
Y POR LA JUSTICIA DE SU CAUSA QUE DIOS DEFIENDE
¡VIVA LA PATRIA!
¡VIVA LA LIBERTAD!
¡VIVA LA INDEPENDENCIA!”
Según el insigne historiador Jorge Basadre, estas palabras simbolizaban un cambio histórico, había surgido el principio de “la voluntad de los pueblos”.
Este sencillo y solemne acto quedo perennizado en expresiones que escribiera el coronel mayor argentino Tomás Guido a su esposa Pilar Spano en carta fechada el 6 de Agosto de 1821 “…El 28 del mes anterior se juró en esta capital la Independencia del Perú. No he visto en América un concurso ni más lúcido ni más numeroso. Las aclamaciones eran un eco continuado de todo el pueblo… Yo fui uno de los que pasearon ese día el estandarte del Perú independiente… Jamás podría premio alguno ser más lisonjero para mí, que ver enarbolado el estandarte de la libertad en el centro de la ciudad más importante de esta parte de América, cumpliendo el objeto de nuestros trabajos en la campaña…
Tres grandes hombres fueron los que le dieron la Libertad al continente americano, Don José Francisco de San Martín y Matorras, Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios y Bernardo O’ Higgins Riquelme, los mismos que conformaron un insigne triángulo basado en la tríada LIBERTAD, IGUALDAD, FRATERNIDAD.
En igual número tenemos nuestros símbolos, la bandera ante la cual debemos de inclinarnos reverentes, pues es símbolo de unión, pero también signo de hospitalidad para cuantos comparten con nosotros, los genuinamente peruanos, anhelos y remembranzas de nuestro propio acervo y se compenetran por el hecho puro de tener el ideal de un Perú Libre, soberano fortalecido en su orgullo nacional y nutriéndose en la historia de su pasado glorioso.
Nuestro himno sagrado el mismo que al ser escuchado nos debe de llenar de gloria, de esperanza, de recuerdo y desde el fondo insobornable de nuestra alma podemos afirmar con ardor que el Perú es nuestra patria, si seguimos la huella de los libertadores, de los héroes y de los mártires, de quienes constituyeron la patria y la procuraron grande, encontraremos las sombras augustas de José Gabriel Condorcanqui, Juan Pablo Vizcardo y Guzmán, José Faustino Sánchez Carrión, Hipólito Unanue, Francisco Antonio de Zela, Miguel Grau, Francisco Bolognesi, Diego Ferre, Melitón Carvajal, José Abelardo Quiñones, Fernando Lores Tenazoa, Manuel Clavero y Muga y tantos otros que, ya sea con la palabra imbuida de cultura, escrita o hablada, con el acero o con la sangre hicieron la patria.
Y este es nuestro Perú. Una geografía con arrugas y misterios; ríos escurridizos por los cuales lloran las montañas … abismos que encierran gritos y canciones que la historia lanza al porvenir … Y esta es nuestra Patria, con su buena y mala gente, con sus mayorías y su minorías, con sus prisiones y sus plazuelas. Esta es nuestra Patria … Y la libertad es un ave solitaria en el salino litoral y la esperanza está encerrada en la sonrisa de un niño, cuyo blanco se confunde con el pendón bicolor, cuyo estruendo resuena cual nuestro himno de amor y cuya infancia, pronto será juventud, que permitirá aprender en el iniciar de la vida; virilidad en la que desarrollará todo su potencial por el bienestar de los demás y la adultez en la que conduce con sobriedad, ponderación y circunspección su vida; pero esencialmente enseñando a los demás para trascender; todo ello comprende el bosquejo de la vida, como el aparecer del sol en nuestro escudo.
Los peruanos, somos un pueblo fraterno que amamos a todos los seres humanos, somos tolerantes, queremos vivir en paz, pero no renunciaremos a luchar y morir por la defensa de nuestros ideales, porque así lo hicieron en su momento nuestros próceres, precursores y héroes que nos dieron patria y libertad. Hoy el reto que nos mueve va más allá, a seguir siendo libres en el pensamiento, pero firmes en los valores, a seguir siendo libres como individuos irrepetibles y autónomos, pero a la vez solidarios y fraternos
Hoy no estamos celebrando este centésimo nonagésimo noveno aniversario solo para mirarnos y festejar entre nosotros. Nos estamos uniendo para dar un salto hacia fuera y para hacer que los beneficios de la unidad, del trabajo conjunto de la sociedad civil, las fuerzas armadas, las fuerzas policiales y las instituciones democráticas comiencen a tener un rostro humano. No solo debemos estar unidos por una globalización económica, sino fundamentalmente por una globalización de hombres y mujeres, de corazones y almas.
Este 199 aniversario de nuestra independencia sirva para congratularnos, para enaltecer todo lo que hemos obtenido en este tránsito, pero también para recordar al insigne vate César Vallejo con su sabia sentencia “HAY HERMANOS MUCHÍSIMO QUE HACER”.
¡VIVA EL PERÚ!

Lic. Menotti Juan Yáñez Ramírez

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