Daniel Bazán, analista de Estudios Económicos de ComexPerú
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el derecho a la salud es parte fundamental de los derechos humanos y de lo que entendemos por una vida digna; es decir, un pilar básico en cualquier sociedad. La calidad de los servicios de salud y la accesibilidad a los mismos influyen en la calidad de vida de una población. No obstante, en el caso de Loreto, una región vasta y rica en recursos naturales del Perú, este sector se encuentra en estado crítico.
Según datos de la Superintendencia Nacional de Salud (SUSALUD), el 72.2% de los establecimientos de salud del primer nivel de atención en la región funcionan menos de 12 horas al día, cifra por encima del promedio nacional, ya que el 57.3% de estos centros operan menos de la mitad de las horas al día en nuestro país. En otras palabras, casi tres de cada cinco establecimientos de esta categoría en Loreto están en funcionamiento durante menos de 12 horas al día, a pesar de ser el primer punto de contacto para la población en materia de atención médica.
Un ejemplo de ello fue lo acontecido en febrero último, cuando la atención en el centro de salud IPRESS I-2 Maynas, en Iquitos, fue suspendida temporalmente debido a la falta de médicos, ya que el personal de salud se redujo de 3 médicos a solamente 1, quien era el gerente la entidad, el doctor Ricardo García, disminuyendo el número de atenciones diarias de 16 a apenas 6. Según García, tras el cambio de Gobierno regional, los otros doctores fueron retirados. Sumado a ello, en diciembre pasado, ocurrió un desplome del techo del área de maternidad del Hospital de Apoyo de Iquitos César Garayar García, lo que inhabilitó las 12 camas disponibles. Al respecto, en una supervisión realizada por la oficina de la Defensoría del Pueblo en Loreto en julio último, se constató que el problema persistía. Además, se verificó el fallecimiento de un recién nacido prematuro de 12 días en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales, la cual solo tenía capacidad para seis neonatas/os, ya que no contaban con los equipos médicos ni con un espacio adecuado. ¿A qué se deben estos factores que impiden una atención continua? ¿el problema es una falta de recursos?
Al examinar la ejecución del presupuesto de inversión pública destinado a proyectos de salud en Loreto, al mes de septiembre, solo se ha ejecutado el 21.9% del su presupuesto anual, según datos del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). Esto supondría una gestión deficiente de los recursos destinados a la salud pública, a pesar de los incrementos en el presupuesto para inversión en salud en los últimos años.
A nivel nacional, los resultados tampoco son alentadores, por decir lo menos. A solo tres meses de que finalice el año, el Gobierno nacional ha ejecutado solamente el 45.5% de su presupuesto para proyectos de salud; mientras que los gobiernos locales y regionales, apenas el 36.3% y el 31.1%, respectivamente. Esto se traduce en una preocupante ejecución de 38.4% del presupuesto destinado a obras en el sector a nivel nacional. Cabe mencionar que, 9 de cada 10 establecimientos de salud públicos en el país no tienen infraestructura y equipamiento adecuado, mientras que 1 de cada 2 establecimientos de salud públicos del primer nivel de atención no tiene médico.
Los residentes loretanos merecen una atención médica de calidad, accesible y oportuna. En ese sentido, el aseguramiento de salud no puede limitarse únicamente al acceso y la cobertura. También debe concentrarse en mantener la continuidad de los servicios médicos, elevar los estándares de calidad en la atención al paciente, mejorar la eficiencia en la prestación de servicios de salud, así como contar con infraestructura y equipamiento adecuado. Además, considerando el alto nivel de informalidad laboral en el país, ampliar el horario de atención sería clave para que los ciudadanos puedan atenderse antes o después del trabajo, considerando que muchos trabajan fuera de un horario convencional.