¿Cuántas cosas han pasado?, ¿cuántas cosas han mejorado?, ¿cuántas otras han empeorado?, cuántas se mantienen igual?, y ¿cuántas se proyectan a que en el nuevo año 2025 se presenten las condiciones para el logro de resultados positivos en las diversas situaciones de la vida personal y comunitaria.
Esa es la expectativa desde que inició las cero horas de hoy martes 31 de diciembre, que es lo último que nos está tocando vivir del 2024, siendo afortunados los que hemos abierto nuestros ojos y despertado a un nuevo amanecer, lo que no ha pasado con otras personas que cerraron los ojos para siempre justo en estas finales horas de lo que será más tarde, el año que pasó.
Somos aves de paso, lo recordamos siempre porque nos impulsa a cada día dar y ser nuestra mejor versión, sean cuales sean las circunstancias que nos toque vivir, si es para reír o llorar, o si estamos intranquilos buscamos la forma de reforzar la paz interna y transmitir nuestras buenas vibras a los demás.
Queremos siempre darnos el lujo de absorber las cosas positivas de la vida y de las personas que nos rodean, hasta de quienes nos relacionamos circunstancialmente en el día a día, cuando compartimos alguna conversación y luego no sabremos más de esa persona, ni su nombre, pero nos queda el mutuo buen deseo.
Y en ese trajinar de transmitir y recepcionar buenas energías, en nuestra caminata diurna a lo largo de la calle conocida como la más comercial del centro histórico de Iquitos, la Próspero, pudimos sentir la aflicción de la gente, unos por vender y otros por comprar, pero nuestras miradas y trajinar despreocupados, esperamos, haya servido para decirles que lo más importante está en lo que proyectemos desde la fortaleza de nuestra identidad como amazónicos, dejando de ser imitadores de formas de festejar que no nos llenan el alma de verdadera alegría.
Así el 2025 se aproxima con la carga de un nuevo reto, con un Iquitos y Loreto en general que sigue creciendo poblacionalmente con personas que llegan de distintos lugares del país y del mundo, principalmente de países cercanos (no de la lejana Europa como en la época del caucho), es sin duda uno de los mayores retos lograr una convivencia de estricto respeto a las leyes peruanas y de migración internacional, que generen paz y confianza para seguir desarrollándonos en este mundo llamado Tierra tan chiquito en la galaxia y que en la práctica nos pertenece a todos. ¡Feliz año nuevo 2025 ciudadanos del mundo y de nuestra amada Región Loreto! ¡Vayan nuestras mejores vibras señoras y señores lectores!