En la década de los años 70 era común ir hasta la zona baja de Belén y tomar un peque peque para cruzar el río “y bandear a la playa” como expresábamos dentro de nuestros modismos regionales.
Y para llegar al área de la orilla donde estaban los botes se pasaba por callecitas humildes pero de apariencia limpia con macetitas con plantas y flores tropicales. Ese era el Belén, ese pueblo chiquito, muy pequeñito que necesitaba y necesita tantas cosas, un poco parafraseando al cantautor loretano, Raúl Vásquez, el “monstruo” de la canción.
Los turistas extranjeros, sobre todo, se deleitaban con el paisaje de un pueblito flotante en época de creciente del río, no era reluciente de limpieza, pero tampoco era el “basural” en el que la explosión demográfica la ha convertido con miles de familias rurales que se han ubicado en un Belén que por la ribera se ha expandido hacia Iquitos en la zona del Malecón – bulevar- y hasta la altura de la Placita Clavero.
Centrándonos en el barrio urbano ribereño de las orillas del río Itaya vemos que desde hace años tiene regada y hasta semi enterrada gran cantidad de basura en la parte de tierra como sobre las aguas. Sentimos pena cuando vemos a la gente grandes y chicos “bañarse” con esas aguas.
“No hay ingeniería que solucione un sistema de saneamiento y de agua potable”. Esto no lo aceptamos nunca. Porque si a la luna y marte ya se ha llegado, solucionar la limpieza en Belén parte de educar a sus habitantes que serán los primeros beneficiados, y por supuesto que tienen la obligación moral de colaborar.
Lo mismo pasa en todo Iquitos con los ciudadanos de las pistas que debemos asumir nuestra responsabilidad y colaborar con la limpieza pública. Las municipalidades ni los alcaldes de turno son nuestros niñeros para limpiar hasta la botella de plástico o bolsita de golosina que botamos en nuestras veredas. ¿Qué nos pasa? Antes limpiábamos nuestra vereda, patio y hasta parte de la pista.
Por eso nos parece importante dar aliento a las autoridades ediles de San Juan y de Belén que con la población que se va sumando a este reto, vienen limpiando sus calles y haciendo de las áreas libres unos jardines en lugar de ser acopio de basura. Todo en su lugar dentro y fuera de la casa, así nos ayudaremos también en el tema de evitar enfermedades.
A esta iniciativa que además es una de las funciones más importantes de las municipalidades provinciales y distritales, se debe sumar el aspecto del reciclaje, separando la basura desde la casa lo orgánico y lo inorgánico, por lo menos para empezar. Así también contribuimos con la conservación de nuestro planeta, de nuestra casa mundial.