El rol del Estado a través de los gobiernos de turno para el desarrollo del país siempre ha tenido un rol protagónico, sin embargo, el sector privado que tiene lo suyo en materia de éxitos tendría que tener una postura paralela en el mismo objetivo.
Se necesita que asuman un liderazgo más visible que contribuya a impulsar no solo el crecimiento económico sino también a fortalecer la cohesión social y reducir las brechas. Eso fue el mensaje del Presidente de CADE Ejecutivos 2024, Fernando Barrios Ipenza, en la ciudad de Arequipa.
En realidad, siempre debió ser así, es que somos la razón de un todo como país, un sector ligado uno con el otro, regidos por las mismas leyes, oportunidades, facilidades, etc, que el sistema nacional ofrece. Eso es innegable. “El sector privado tiene un rol central en esta transformación. Hoy, más que nunca, necesitamos que el sector privado asuma un liderazgo más visible, más comprometido y más activo”, enfatizó el líder empresarial.
Un liderazgo para impulsar que se reduzcan las brechas sociales y reconstruir la confianza en nuestras instituciones. En ese sentido, Barrios, encaró que “el sector privado no puede ser solo un testigo de lo que ocurre; debe ser un actor principal en la construcción del país que queremos”. Hizo énfasis en que el CADE hoy da la oportunidad de reconstruir la relación empresarial con el Perú. “Imaginemos un país donde cada esfuerzo, cada proyecto y cada decisión nos acerque a ser el país que todos soñamos”, dijo.
“Un Perú donde nuestras diferencias no nos dividan, sino que nos complementen. ¡Hagamos del Perú no solo una posibilidad, sino una realidad de la que todos seamos parte!”. El Perú es una tierra de contrastes, donde por una parte, es un país lleno de oportunidades con emprendedores resilientes y empresas innovadoras, con logros al multiplicar las exportaciones, reducir la pobreza, grandes obras de infraestructura en curso, y por el otro lado, una parte de la población que aún no tiene los servicios de salud, infraestructura y educación necesarios.
Se centró en señalar que todo ello nos invita a un desafío monumental: pasar de la degradación a la reconstrucción de nuestro futuro. Y para lograrlo, el sector privado debe asumir su responsabilidad en el liderazgo. Es tiempo de dejar de ser espectadores y convertirse en protagonistas.