Por fin se tomó la gran decisión que involucra a Perú, Colombia y Brasil, el megaoperativo denominado «Operación Trapecio Amazónico 2011», con el primer objetivo de lograr la destrucción de cinco modernos laboratorios de producción de cocaína, instalaciones que fueron detectadas mediante el uso del satélite, según fuentes antinarcóticos. Gran acierto de nuestras autoridades tripartitas, porque para nadie es un secreto de lo que ocurre a diario en la triple frontera, donde los narcotraficantes se pasean como Pedro en su casa.
En el operativo participan unos trescientos agentes de élite del Grupo de Operaciones Especiales Antidrogas del Perú (DINANDRO), acantonados en la zona desde hace cuatro días, en un impresionante despliegue contra organizaciones del narcotráfico que se han instalado desde hace tiempo en el Trapecio Amazónico que comprende Perú, Colombia y Brasil.
La policía brasileña apoya con su contingente aéreo para impedir la fuga de narcotraficantes hacia su territorio. El segundo propósito de la acción policial consiste en desmantelar a las organizaciones narcotraficantes peruanas, brasileñas y colombianas, que prácticamente han tomado bajo su control las localidades de Mario Rivera, Bajo Amazonas, Hawai, Ramón Castilla y El Estrecho, entre otras, ubicadas en la región Loreto.
El tercer objetivo del operativo internacional es la erradicación de los cultivos de hoja de coca, cuya extensión se ha ampliado notoriamente, facilitando la elaboración del estupefaciente, pasta básica y cocaína de alta pureza. La presencia de las mafias ha originado una sangrienta guerra por el dominio de la zona dejando decenas de muertos entre las bandas que pugnan por el control.
Precisamente, el último informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, reporta que en el Bajo Amazonas se ha registrado un sorprendente incremento de cultivos de coca entre el 2009 y 2010: de 800 hectáreas a más de un millar. Estos cultivos representan una producción de hasta 6.7 toneladas de cocaína al año. A esto debe añadirse la producción de las zonas cercanas al Marañón y Putumayo. Entre los tres suman una producción que supera las 7 toneladas de droga.
Las fuentes antidrogas informan que desde hace unos 15 años no se hacía un operativo de esta envergadura; mucho menos con la participación de fuerzas policiales de los tres países. En anteriores ocasiones los narcotraficantes se refugiaban en territorio de Brasil donde no se podía ingresar por falta de coordinaciones o permisos.
Para quienes hemos estado por la zona, nunca fue nada raro conocer de la presencia de estas organizaciones criminales «trabajando» en sus ilícitas actividades a vista y paciencia, no sólo de las autoridades, sino de toda la población que nada podían hacer ante la diferencia numérica y arsenal armado con fusiles de largo alcance y veloces deslizadores pasando por las propias narices de la policía que trataban de perseguirlos a bordo de lanchas de escaso poder. Es de esperar que estos operativos se repitan con frecuencia, como única forma de combatir esta lacra.