Leche-leche Peñafiel reclama cuidado a talentos del fútbol

-Dirige a menores del CNI desde casi 4 décadas

“Los niños talentosos del fútbol necesitan tener un seguimiento para cuidar sus cualidades y de esa forma podamos disponer realmente de una cantera”, con esas palabras, Enrique Peñafiel Portocarrero define las necesidades de nuestro balompié para encarar un futuro muy exigente donde la carencia de valores está sumamente acentuada.

A Peñafiel en los escenarios donde se desenvuelve que es en el deporte y la actividad económica, lo conocen más como leche-leche que por su mismo nombre. Se encuentra ligado al fútbol desde sus años de estudiante secundario, tanto así que como recogebolas  primero, luego como aguatero y después como utilero se relacionó con el equipo amateur de CNI y esos andares recuerda que fue desembarcado de un viaje a la finalísima de la Copa Perú por  el profesor Márquez Carbajal, que estaba como preparador físico, así como también por el técnico argentino Jorge Vichera porque no iba bien en sus estudios. “Chico, primero tenés que estudiar y luego… el deporte”, recuerda que le dijo en tono paternal el entrenador platense.

Es un hombre plenamente identificado con CNI a lo largo de los últimos 40 años, relacionado directamente con el primer equipo durante sus participaciones en el campeonato descentralizado donde alternó con dirigentes notables de la institución alba y con jugadores de importancia nacional con los que tiene mil y un anécdotas para contar y disfrutar. Leche-leche casi, casi omnipresente en cada registro fotográfico de los equipos de CNI en el descentralizado fue conociendo técnicos que llegaron para el equipo “albo” y de ellos rescató experiencias y conocimientos que después los volcaría en las divisiones menores de su querido club.

Fue José Zanetti, otrora presidente de la institución colegial, que hace muchísimos años le encargó conformar un equipo de niños que llevara el nombre de su empresa. Fue ahí donde se inició su carrera como técnico y la conformación de la cantera de futbolistas que hasta en la actualidad tiene CNI. “Pero la verdad de todo esto es que existen muchos frutos que son la consecuencia de mi trabajo. Jugadores que se ubicaron en posiciones muy importantes del fútbol. No menciono nombres porque no deseo que se malinterpreten mis palabras y mi trabajo”, descubre el deportista.

Recuerda que en Iquitos hay muchos valores que rescatar y en el repaso se encuentran nombres como el de Osnar Noronha del que leche-leche destaca la importante ayuda de su abuelo Américo chac-chac Noronha. “Las divisiones de menores necesitan de personas que hagan el seguimiento y el cuidado de los talentos que se descubren. Los muchachos habilidosos se pierden en el camino porque no tenemos quiénes cuiden el producto. Los clubes o academias de fútbol deben ser manejados empresarialmente porque a ese nivel se cuida lo que se trabaja, se protege lo que se busca, se mejora el producto que es el objetivo que en este caso es el futbolista”. Un ejemplo de esa labor, dice que es Dante Mandriotti en el Cantolao del Callao.

Enrique Peñafiel es una persona que se entregó a la lucha constante de rescatar valores y de ahí su permanente presencia en campeonatos internacionales de menores con CNI en Arica y Chile, de cuyas competencias trajo varios títulos en categorías de niños. Es de aquellos que predica con la práctica y de frustraciones descubiertas como la de la falta de mejores resultados en el fútbol nacional.

Leche-leche es gran amigo de Ramón Quiroga, el ex guardapalos de CNI, Universitario, Sporting Cristal, Rosario Central y bimundialista con la selección peruana. El ahora comentarista de La televisora deportiva CMD, lo menciona cada vez que se refiere a Iquitos, como tributo a esa amistad iniciada en medio de un choque violento entre ambos y una seguida de fricciones cada vez que éstos se encontraban en medio de los encuentros entre CNI-Sporting Cristal. La “guerra” entre ambos terminó cuando el “loco” llegó a Iquitos para defender las sedas del equipo albo y fue Leche-leche, encargado por Zanetti de ir a recogerlo del aeropuerto. Desde ese momento las tensiones fueron diluyéndose tan violentamente como comenzaron. Ahora la amistad entre el chupete Quiroga y leche-leche Peñafiel tiene venas fraternales.