LA TECNOLOGÍA, EL MUNDO MODERNO, EL ALIMENTO, Y EL LAGO IMIRIA.

Indiscutible. Estamos viviendo en un mundo donde la tecnología cada día se transforma,  es  la herramienta principal del desarrollo de  los pueblos. El incremento del índice demográfico es la otra parte de la dialéctica de nuestra humanidad moderna, con pocos ricos y muchos pobres, con poca justicia social y ambiental. Eso está muy bien analizado en el libro del joven abogado Lincoln Cornejo Sifuentes: Responsabilidad económica, social y ambiental. Pero, en nuestra región, aún en pie, existen miles de ecosistemas que pueden ser bien manejados para utilizar sus recursos del subsuelo y de la superficie, como lo vienen haciendo varias compañías petroleras, especialmente, creo la Pluspetrol, PetroPerú, en coordinación con los vivientes naturales de las zonas para concretar proyectos productivos.

 

En el segundo semestre del 2000, el programa AQUAREC, tomó la decisión de repoblar Quistococha, después de una rigurosa evaluación. Los resultados según las encuestas a los vivientes de esa zona son exitosos ya  que después de un par de  años se benefician pescando estos animalitos, pacos y gamitanas, sembrados para su alimento casero. En esa época y desde el balcón y por metiche, les dije que aplicasen un marcaje en las aletas para identificar y diferenciar con los nativos y especialmente unos chips para controlar la población. Me miraron raro, como a un loquito. Muchos años después de esta experiencia en Quistococha, se escogió una lago inmenso, en la zona del departamento de Ucayali, con poblaciones nativas alrededor y por supuesto con pescadores adentro. La suposición de los científicos de esa zona, llámense de AQUAREC,  en coordinación con apoyo de la central y de sus directivos, hicieron rápidos estudios del cuerpo de agua y seguro algunas pescas experimentales de la población del paiche (Arapaima gigas) y decidieron con sus pares  franceses, con mucha experiencia en estos menesteres, repoblar este cuerpo de agua.  Se cultivaron en jaulas flotantes dentro del lago cientos de paiches y en determinado momento, con una longitud apropiada los sacaron y los aplicaron un chip (yo tenía razón esa vez que me miraron como loquito) y soltaron a los paiches juveniles para la experiencia de crecimiento, ver su reproducción y su adaptación a este ecosistema.

 

Han transcurrido más de tres años y según los científicos que monitorearon y monitorean cada día en vivo y con computadoras la experiencia, nos demostraron con resultados en un último certamen sobre la  pesquería amazónica que la experiencia es un éxito científicamente. Pero, es opinión personal,  lo que parece es que la población necesita no sólo de sensibilizaciones teóricas, sino de algo tangible, es decir de recursos económicos que le permitan vivir con ese manejo de conservación. Y, siempre he manifestado que todo programa de conservación ambiental a los pobladores para que se sensibilicen tiene que tener ganancias. Y, las ganancias en este caso de proyecto de mediano y largo plazo, no son tan eficaces, ellos tienen necesidades urgentes, por eso en una y otra vez (1999) propusimos un proyecto al IIAP en la zona de amortiguamiento para repoblar cuerpos de agua con paiches juveniles, pero con una vaca lechera: vender los alevinos que se recolectan anualmente, legalmente a los extranjeros (como hacen los brasileros, colombianos, ecuatorianos) es decir dinero contante y sonante para los que manejan las cochas y con un excedente para cuestiones sociales. Una socióloga argentina coincidió conmigo en un artículo que primero tenemos que disminuir los índices de pobreza para poder sensibilizar a las poblaciones pobres. Una de las causas fundamentales de la depredación es justamente la pobreza de los ribereños y de las zonas marginales. Todos quieren ganar algo en su trabajo. O como dijo el otro día mi amiga Nelly Valera: tenías razón Juan, primero llenar la barriga de los comuneros, sino acaban con todas las vacas marinas. Los clichés de miedo no son eficientes, que te vas a ir al infierno porque matas tal o cual animalito, como me dijo aquel sabio chacarero cerca a Nauta: Mira barrigón yo te he visto comer tremendo gallo y yo aunque me muera sin oxígeno, pero no de hambre.

 

Esta exitosa experiencia del lago Imiria, demostrado con datos científicos, con el clásico método científico, al estilo de Galileo Galilei y utilizando tecnología moderna para evaluar, estoy seguro que le falta este componente social y  económico: Proporcionar dinero contante y sonante cada año con la venta legal de un porcentaje de  alevinos. Allí está mi proyecto en el archivo del IIAP, úsenlo, no quieran tener el complejo de Adán, ser el primero, como mi prima le contaba a su íntima amiga: Él cree que ha sido el primero, no adoptemos esta actitud de ser el primero. En el caso de la repoblación del paiche ni siquiera yo fui el primero o el único como me decía cierta dama, no, en los años 60 ya hubo un equipo de trabajadores dirigidos por don Arturo Miyake  (el único sobreviviente es don José Ortiz) que recolectaban alevinos, después de una larga observación de costumbres de reproducción del paiche del lago zapote, los recolectaban y los cultivaban en estanques de cemento en la base Yarina. Ahora con la tecnología moderna, y con el alimento con los que han sido domesticados en jaulas en el Imiria, estos animalitos se reproducirán en cantidad, y con ese agregado de dar recursos instantáneos a los manejadores del paiche muy pronto tendremos toneladas de paiches, además de los ingresos por ventas de alevinos como mascotas. Es pues la tecnología, ya sea en lagos o piscigranjas para contribuir con el alimento de las poblaciones del mundo que cada día crecen más y más. Es una de las soluciones, la biotecnolog{ia para incrementar alimento para la gente,  sin exclusión. Buen trabajo de estos investigadores del AQUAREC del IIAP y sus pares investigadores franceses.