Por: Stefany Perales
Precandidata al Congreso Peruano

Todos sabemos que nuestro amado Perú es un país pluricultural, se habla mucho sobre los derechos y el desarrollo de las comunidades indígenas, en los últimos tiempos se han creado leyes y programas para su desarrollo, pero hay varias preguntas por responder:
¿Estas leyes y programas cumplen con sus objetivos, llegan a las comunidades más alejadas, se ajustan a sus realidades o están siendo bien ejecutadas?
A puertas de nuestro bicentenario, como peruana y loretana que soy abrazo con añoranza la temática indígena, especialmente el área de salud y educación que son la base del desarrollo. Según la Base de Datos de Pueblos Indígenas u Originarios del Ministerio de Cultura, en nuestro país existen en la actualidad 55 pueblos indígenas. De ellos, 4 son andinos y 51 originarios de la Amazonía, de los cuales 32 habitan en Loreto.
¿Qué pasa con nuestra Amazonía y en nuestra Región Loreto? Pese a tener una naturaleza privilegiada, tienen a sus ciudadanos postergados. En los últimos años Loreto ocupa el más bajo nivel en educación y salud, esto se debe a la incapacidad y/o mala gestión de nuestras autoridades y del Gobierno Central por falta de conocimiento de nuestra realidad, sumado a ello, la corrupción.
La educación, acompañando de una buena salud, construye capacidades. Un pueblo, una comunidad, donde sus miembros no son sujetos de la educación es un pueblo condenado a la pobreza, al estancamiento. El desarrollo no significa la muerte de nuestras civilizaciones originarias, éstas deben perdurar e insertarse en el mundo globalizado en iguales condiciones que otras culturas, participando de un intercambio con el mundo, contribuyendo como han hecho nuestras culturas originarias desde el encuentro con occidente, se debe promover la educación sin que ello signifique la pérdida de nuestra identidad cultural.
Por ello, estoy convencida que la educación es el camino hacia un futuro mejor, al dotar de capacidades a los ciudadanos, a nuestras comunidades indígenas para que éstos sean libres y miembros de una sociedad desarrollada; un país como el nuestro debe promover la educación sin que ello signifique la pérdida de nuestra herencia, de nuestro patrimonio cultural único, contribución para el mundo. Nuestra región es la más extensa del país, por ende, gran parte de las comunidades indígenas están alejadas de las urbes y por la geografía tienen difícil accesibilidad.
Tampoco podemos ignorar que hubo avances en beneficios de ellos, pero existe aún una brecha que es importante cerrar y por ello queremos reforzar y/o crear leyes con puntos exactos para que haya un mejor trato en salud y educación, pero poniendo énfasis en el respeto y la conservación de su identidad cultural que por derecho les corresponden.
Un caso excepcional ocurre en nuestra región, cerca de la frontera con Brasil, los Matsés, un pueblo indígena que tiene una forma particular de usar los nombres y los apellidos, nuestro sistema de registro nacional de identidad no lo permite, de alguna forma el gobierno vulnera parte de su derecho cultural.
Queremos luchar por una verdadera interculturalidad, que hayan universidades y en especial las que están en la región que dicten cursos para ser maestros bilingües, así como especialista médicos que muchas veces no quieren ir a estas zonas alejadas porque dichas postas carecen de una buena infraestructura, equipos y medicinas; es increíble que a pesar de vivir en una región donde abunda tantas especies de plantas medicinales que nuestro compatriotas indígenas conocen no exista en nuestras universidades área de investigación al respecto.
Como loretana, tuve la oportunidad de recibir educación hasta estudios superiores. Ahora, como aspirante a representar a mis hermanos loretanos, creo que el desarrollo de nuestra región pasa por la promoción de la educación como vía para la libertad y para el desarrollo, siempre desde una perspectiva que contemple la interculturalidad, el diálogo enriquecedor en el que nos insertamos como ciudadanos del mundo en permanente cambio sin dejar de vincularnos con el legado de nuestros antepasados, tan rico como nuestra maravillosa naturaleza.
Comparto esta reflexión y me gustaría invitar a un diálogo en el que como ciudadanos libres apostamos por el desarrollo, convoquemos nuestro esfuerzo como loretanos y apostemos por un Loreto en el que nuestras niños tienen acceso a educación de calidad en todos sus niveles. Acompáñenme a compartir esta visión y ser la voz que exija desde el parlamento, en un trabajo compartido con nuestras autoridades y representantes de nuestras comunidades, para que la educación sea el vehículo para nuestro desarrollo, con infraestructura adecuada, con profesores suficientes, para que sean facilitadores eficaces del conocimiento para nuestros jóvenes. Este es mi compromiso y para lograrlo pido el apoyo de todos ustedes, creo que es momento de cambios, de la juventud preparada para insertarse en la política de nuestro país.





