Dos cosas no dejan de preocuparnos: Lo que ha dicho el tribuno Javier Valle Riestra y el patriarca de los Humala don Isaac Humala. El primero de ellos hace una seria advertencia, que el «pueblo aimara (con i) podría solicitar su autonomía». Luego de hacer un breve análisis sobre los conflictos que agobian al país donde por siempre han existido problemas por aquello del regionalismo, que no es otra cosa que sentimientos encontrados, donde unos se sienten unos mejores que los otros. Nuestra región Loreto no está exenta de estos sentimientos, recuérdese el peculiar separatismo de antaño, con el agregado que toda la región está plagada de nacionalidades, cada una más distinta de la otra, donde se tiene una especial cosmovisión de la vida y la muerte.
Volviendo al tema del pueblo aimara, centro de los conflictos, ahora extendido al departamento de Huancavelica, donde la población ha reanudado su jornada huelguística por «quítame esta paja», es decir ya no es por una nueva universidad. Valle Riestra considera que lo que estaría detrás de toda esta problemática violentista- por donde se le mire-, no es culpa de Alan García ni Ollanta Humala, sino que existiría un oculto interés de los aimaras por independizarse.
Es una convulsión que existe en el país, donde vemos que el Perú no es una nación unitaria como lo dice la Constitución, sino es un conjunto de naciones, donde la posición de los aimaras es mítica, animista, que por supuesto no coincide con el estilo clásico y oficial del Perú. El doctor Valle Restra ha dicho que no hay que descuidarnos, el pueblo aimara podría pedir su autonomía, ha dicho.
Los aimaras por sentirse una nación, no aceptan la inversión minera ni cualquier actividad que involucre el tocamiento de sus tierras, por ello es que exigen respetar su derecho de consulta reconocido por la OIT, pero entendido como ellos lo interpretan, olvidando que el derecho de consulta no significa veto, es decir, no tienen derecho a truncar el derecho del pueblo al progreso y mejora de las condiciones de vida de las grandes mayorías. Lo demás es volver al pasado irreversible.
Hablando del pasado, no podemos dejar de expresar nuestra preocupación por la posición de don Isaac Humala, padre de nuestro electo presidente, de quien afirma el sociólogo José Rodriguez «no vive en el siglo XXI», fue al comentar las jocosas declaraciones recientemente vertidas, en el sentido que la inteligencia de los cobrizos (como ellos) supera a la de los blancos, amarillos y negros. Estas y otras apreciaciones vertidas por don Isaac el pasado fin de semana, luego de un prolongado y conveniente silencio que benefició la elección de su hijo.
El sociólogo Rodríguez manifiesta que esta posición de don Isaac, no deja de ser preocupante en pleno siglo XXI, en que se siga hablando de colores de piel y de superioridad cuando se avanza a pasos agigantados en el estudio de genoma humano. Felizmente esta posición no es compartida por sus hijos.
Eso que de que la raza cobriza es superior no tiene asidero científico alguno, tampoco el ser negro o blanco es una desventaja en el Perú, así como los hay indios, tenemos también generaciones de razas como la asiática. Estas ideas fueron en el pasado el cardumen del nazismo. No obstante, el sociólogo Rodríguez considera que no hay que tomar en serio a este señor Isaac Humala y no juzguemos al presidente Ollanta Humala por lo que dice su señor padre. En un mundo globalizado donde se tiende al estudio de la geopolítica y la integración, ya no tienen cabida estas ideas que se quedaron en el pasado.