“La muerte de los cinco mártires del 24 de octubre de 1998, fue un precio alto pagado por enfrentar la dictadura que hacía lo que le venía en gana”

  • Dijo ayer en el corazón del cementerio general de Iquitos, el Prof. Eloy Pizango, presidente de la directiva transitoria del FPL.

“Esta es una fecha importante y debe estar inscrita en la página de la historia. Una gesta del pueblo. Acá en Loreto hay dos fechas importantes en las que participó la sociedad civil. Una el 1 de septiembre en que se rescató Leticia. Y la otra esta fecha 24 de octubre, en donde 5 personas ofrendaron sus vidas. Fue un precio alto que hemos tenido que pagar los loretanos por enfrentar a una dictadura que hacía lo que le venía en gana.
Corina Coral Arana, combativa maestra del sindicato. Su nieta Katerine Rengifo. Jorge Valles Sinarahua. Miguel Alvarado Curi y Miguel Shapiama Ríos, jóvenes impetuosos que estaban en la gesta. A todos ellos nuestro reconocimiento.
Hoy día (ayer) debe ser la reafirmación de nuestro compromiso de seguir defendiendo Loreto, defendiendo nuestra patria. No es que queramos enemistad con los ecuatorianos, no. Queremos vivir en paz. Pero la paz viene de la justicia, que se respeten los derechos de cada sociedad, de cada nación”, habló Claro Pizango.
Luego al ver una convocatoria huérfana, de menos de 15 personas en el cementerio general, expresó:
“No estamos todos los que deberíamos estar, pero la presencia de ustedes es importante para seguir manteniendo viva la llama de la peruanidad. Los tiempos han cambiado, indudablemente, pero estos hechos no van a cambiar. Es nuestra responsabilidad como maestros seguir inculcando en los jóvenes, en los escolares, el patriotismo.
Una fecha como esta debemos seguir celebrando porque dignifica a un pueblo. No podemos ser ingratos con alguien que dio la vida en defensa de nuestro territorio, en defensa de nuestra soberanía, de la patria. No podemos abandonar a nuestros compañeros en la frontera, en el Yavarí, en el Putumayo, Napo, todo eso es el anhelo de esas personas que ya partieron. Para ellos nuestro reconocimiento”, concluyó Pizango diciendo sus nombres, a lo que responden ¡presente!
Terminada la exposición, se caminó hasta un pabellón donde están los nichos de tres mártires. Hasta ahí subieron por una escalera los dirigentes, entre ellos José Gómez Isla y Rivera Bardales, para colocar los humildes ramos de flores.
Luego se fue a una zona de tumbas en tierra, Gómez Isla, por más que caminó entre la alta maleza del cementerio para ubicar las de los otros dos mártires. No dio con ellos. Una falta de respeto bien grande.
Por ello al salir del campo santo, Rivera Bardales, planteó que se ubiquen los restos de estos dos mártires y los coloquen en el pabellón principal donde están otros mártires loretanos. Una buena idea. Por ahora se seguirán perdiendo entre la maleza espesa de ese cementerio.