Por: Luis Roldán Ríos Córdova
Peje. Palabrita usada en el medio rural para mencionar al pez o pescado, como timbuche le llaman al chilcano o caldo de pescado. Peje y timbuche son palabras que los uso siempre que quiero fastidiar a quienes les molesta que hable así, como el cholo, me dicen, y me corrigen los eruditos del castellano.
Alaucitos, no saben que nuestros ribereños están en lo correcto, peje es palabra castellana sinónimo de pez o pescado; pero en fin, yo seguiré diciendo peje y timbuche en cariñoso homenaje a mi linda gente selvática.
Aclarado el asunto trivial, vamos a comentar lo difícil que resulta encontrar a un loretano que no haya disfrutado de un riquísimo plato de timbuche de boquichico, cunchi, carachama, etc. ahí donde flota desafiante esa riquísima mantequita que brilla en el plato.
Según estadísticas, el 75 % de la alimentación en Loreto es en base al peje, o lo era, ahora manda el pollo por razones económicas, dominio que viene de otras economías y culturas, sumado al hecho de que la otrora comida de pobres, se ha convertido en comida de ricos; tenemos que tener dinero suficiente para saborear un riquísimo ahumado o un suculento timbuche, plato favorito de los nostálgicos cuarentones para adelante que se la pierden nuestras juventudes que han llegado tarde a la abundancia Pocos son los jóvenes que hoy saben de timbuche y patarashcas.
El asunto es que nadie podía hasta hace poco negar que el peje era lo más sano para alimentarnos; todavía nos queda la idea de que sigue siendo así, pero con tantas noticias de contaminación de nuestras cochas, quebradas y ríos por los derrames de petróleo es muy difícil que la idea se mantenga, a menos que queramos ser tercos como Toledo y seguir manteniendo esa ilusión; sin embargo, uno de ellos soy yo… sigo pensando que mi timbuchito de peje es comida sana. Qué rico veía cómo brilla esa mantequita en el humeante plato de timbuche. Hasta que alguien me dijo: «Oye, eso no es su mantequita del peje… eso es petróleo so cojudo»…Pouff…¿Y ahora? Ese saborcito a culantro, ají dulce y ajo ¿no será cadmio, mercurio y bromo?…¡ POUFF!
Difícil situación para una sociedad pejecera y timbuchera como la nuestra. Pero. Ya pues, con petróleo, cadmio o bromo, sigue siendo rico, de algo habrá que morir ¿Di?
Bien, tal vez la solución sea consumir pescados de criaderos y se acabó el problema ¿verdad? Pero… no es el pescado, el problema es la contaminación de nuestras aguas. Igual, no hay que fastidiar a las petroleras, ellas traen riqueza al erario nacional ¿Cuál riqueza? ¿Dónde está esa riqueza? Y si así fuera ¿a costa de matar el medio natural, en flagrante atentado de la vida y la salud de quienes nunca serán beneficiados por esa «riqueza»?
El pueblo japonés no tiene petróleo y no es pobre, los pueblos árabes tienen petróleo y no son ricos.
No nos oponemos a la explotación de ningún recurso natural, pero todo con el cuidado debido y la responsabilidad necesaria de ese cuidado que nos compromete a todos.
Bueno. ¿Cuánto tiempo los loretanos hemos vivido mejor sin la explotación del petróleo? Quizá pobres, pero sanos… ahora ni ricos ni sanos.