La fiesta democrática del domingo

Por: Franklin Farell

Es necesario hacer un paréntesis en nuestras actividades para celebrar y felicitarnos por las elecciones del domingo pasado, 3 de octubre, en donde la ciudadanía tuvo oportunidad de elegir autoridades locales y regionales. En primer lugar, se debe mencionar al pueblo por concurrir de maneras masiva a las urnas. En un recorrido por la ciudad se pudo palpar el entusiasmo de la gente, que acudió a los puestos de votación con el ánimo de una verdadera fiesta. Las filas de ciudadanos que esperaban su turno para verificar su nombre en la lista de electores, la paciencia mostrada bajo el sol mientras los niños dormían en los brazos de las señoras o corrían bajo alguna sombra con un helado en sus manos fue la imagen característica de un día extraordinario.

En segundo lugar hay que destacar a los candidatos y partidos políticos. La expectación fue notoria desde tempranas horas de la mañana. Meses de campaña de los simpatizantes de los bandos políticos vería finalmente sus resultados. Durante los últimos fines de semana las personas habían venido aprovechando el tiempo libre para participar en caravanas y mítines partidarios. Fue común ver los grupos de gentes que marchaban embanderadas por las calles y avenidas de la ciudad, lanzando cantos y consignas partidarias adaptadas a las canciones de grupos musicales de moda. Sin distingos de colores políticos, el comportamiento de la gente fue ejemplar. En todo momento se expresaron las pasiones sin rebasar lo permitido por las reglas de convivencia, dejando atrás alguno que otro incidente fuera de lo planeado por los conductores de las campañas.

La anécdota curiosa de la jornada fue la ingenuidad de unas 15 personas que fueron intervenidas por la Policía Nacional del Perú en los puestos de votación. Se trata de personas que tenían órdenes de aprensión en su contra por distintos delitos. El espíritu democrático les jugó una mala pasada y cayeron en manos de la justicia al ser identificados a través de las listas de electores.

Por otra parte, la fiesta democrática no hubiera sido posible sin la participación de la prensa. El cuerpo de periodistas de Canal 19 estuvo en actividad desde tempranas horas de la mañana. Las entrevistas a cada uno de los candidatos en sus lugares de escrutinio fueron oportunamente realizadas por los reporteros y fueron difundidas a medida que llegaron. En oficinas y estudios el ambiente de trabajo fue contagioso, hasta la hora en que un extraño incidente hizo que la señal de microondas se cortara cerca de las 9 am. Sin embargo, el centro de la ciudad se mostró tranquilo a esas horas y las familias disfrutaron su acostumbrado paseo dominguero como todos los domingos.

Hasta el momento en que se escriben estas líneas el ambiente de expectación es grande. Después de conocerse los resultados provisionales la noche de ayer, todos aguardamos los resultados oficiales. Los reporteros entran y comentan los resultados o averiguan algún rumor generado por los simpatizantes de algunos de los frentes. En la edición del diario La Región de ayer lunes registra algunas quejas por fallas de organización en algunas mesas, otras por infracciones cometidas por simpatizantes de alguna agrupación política que no respetó las disposiciones del Jurado Electoral, o la queja de alguno de los candidatos que se siente inconforme, a la vez que su compañero de fórmula celebra por haber ganado.

La impaciente espera por conocer los resultados finales es grande. Es natural, se trata de una democracia joven la que se vive y respira en Iquitos. Las reglas de la democracia son así, no saben de nervios. Todos confían en que las autoridades electorales respondan a la voluntad y confianza depositadas en ellas.