Por: Héctor Barriga Reátegui
Ninguna revolución, como la revolución de la independencia de Estados Unidos y la revolución Francesa ha impuesto democracia y república, pero eso no es todo; estas revoluciones sacando de lo más íntimo de la naturaleza humana, propusieron algo que llevamos innato desde que nacemos: la igualdad entre los hombres, la libertad que bulle en el alma y en el espíritu de todo ser humano y la fraternidad que responde al instinto de solidaridad. A pesar que estas revoluciones se produjeron en los últimos años del siglo XVIII, fueron singulares; hubo sí otras revoluciones, pero éstas no hicieron propuestas que abarcaban, para un buen vivir, la justa aspiración de la especie humana.
La revolución mexicana empezó en 1910 y duró hasta 1920, aunque algunos historiadores establecen, que terminó en 1934. Esta revolución fue fruto del gobierno dictatorial de Porfirio Díaz, que gestionó para los grandes intereses de los inversores y terratenientes, y se olvidó de los campesinos y obreros. Después de 30 años fue derrocado y tras su derrocamiento no hubo un gobierno estable, sino, hasta con Lázaro Cárdenas que institucionalizó el país.
La revolución mexicana no dejó un pronunciamiento de ideas, sino para algunos sectores económicos. Los jefes revolucionarios como Zapata, proclamaban el derecho a la tierra, para los que la trabajan, es decir para los campesinos y ese sector agrario mantuvo siempre su pretensión que la reforma agraria continúe hasta su culminación.
La revolución rusa que se inicio en 1918, liquidó la monarquía y gobernó la Unión Soviética a través del partido comunista, excluyendo a cualquier otra fuerza política. Se jactaban de tener un gobierno que era la dictadura del proletariado. Las demás revoluciones que sucedieron después de la revolución rusa sólo se miraban en el espejo del comunismo y tenían un partido unificado que era el responsable de la política económica y social de los países que han logrado su revolución. La libertad estaba limitada en estos países, caso Cuba, China, gobernada la nación con un partido comunista y no existía más que él mismo, pero al derrumbarse la Unión Soviética todas estas revoluciones de tinte comunista, en la práctica y también en las ideas, dejaron de existir. Aquellas naciones han cambiado con el tiempo y ya no tienen una planificación rígida en su economía y en su política, muchas están ingresando a la competencia y a las elecciones. En la práctica y en la teoría la izquierda socialista y comunista no tiene vigencia y la derecha tiene vigencia para la libertad y actuar conforme a ella, sin abusar de la misma, porque los abusos son excesos que perjudican a propios y extraños.
El cambio en el mundo va a vigorizar los pronunciamientos de las revoluciones independentista de los Estados Unidos y de la revolución francesa y poco a poco será vigente en las relaciones sociales de las sociedades de todos los países del mundo, la libertad, la igualdad y la fraternidad, y esto por la acción social económica y política del nuevo mundo que se está forjando por la influencia del proceso globalizador que está viviendo el planeta Tierra, gracias al desarrollo científico y técnico que ha logrado y disfruta la sociedad mundial con el aporte de los científicos, técnicos y filósofos desde la antigüedad hasta la fecha.