Recurriendo a los doctos principios y estrategias del prestigiado educador universitario, doctor Luis Jaime Cisneros, esbozamos este breve comentario que se somete, que duda cabe, a los dictados del citado doctor Cisneros en la mayor parte de su contenido
Sobre el tema de nuestro epígrafe, debemos señalar que ciertos comportamientos en el estilo de los pedagogos, permiten asegurar que la repetición es un arma contundente para derrotar a la ignorancia que lamentablemente campea inmisericorde, en todos los ámbitos del quehacer humano.
El acto de repetir una y otra vez en las aulas escolares sobre temas de indesligable valor en la temática educativa, permite que la escuela tenga a la mano el arma de la insistencia en conceptos para salvar a la cultura para que el hombre pueda en el tiempo acceder a la cultura y pueda realizarse.
Es indudable que tal acto juega un papel fundamental pues ayuda a forjar en ella su condición humana. Sin duda que tal sistema no es un escape a ciertas responsabilidades, sino, como dice el doctor Cisneros, es una estrategia pedagógico – cultural.
Aquí se precisa aclarar que cuando tanto joven se desvía de la senda recta , dejándose seducir por el suicidio, o lo que es lo mismo, la drogadicción, o en su defecto se inclina en las filas terroristas, no ponen a la sociedad en situaciones que competen al Ministerio del Interior, ni de salud, sino que la pone frente a una situación que afecta a todos, universitarios o no, en tanto que comporta un daño radical al mundo cultural, también un daño social porque cualquiera de estas situaciones denuncia que la vida ha dejado de tener sentido para estos jóvenes, y todo porque la escuela no supo infundirle a tales jóvenes la certidumbre de que son seres humanos libres y responsables.
La escuela debe evitar que los jóvenes terminen su instrucción totalmente desarmados frente a la vida, en la escuela hay que salvarlos del descreimiento, ayudarles a ver y comprender que la educación no debe relegarlos a ser mudos testigos de estar en este mundo.
Estas comprobaciones son las que obligan de una manera imperiosa a reconocer cuánto es necesario una revolución pedagógica, que debidamente aplicada, permita a los jóvenes reencontrarse con la humanidad del hombre. Volveremos con más sobre el tema.